Tras 15 años de un férreo control, Venezuela flexibiliza su cepo cambiario
La nueva ley despenaliza la transacción de dólares para empresarios y particulares en casas de cambio; es un signo de relajación del pesado sistema regulatorio que rige desde 2003
Agobiado por una crisis que tiene al país en estado terminal, el gobierno venezolano flexibilizó el mercado cambiario mediante un decreto que relaja el cepo de divisas y permite la libre compra y venta de dólares en casas de cambio.
La Asamblea Nacional Constituyente aprobó un decreto que según su texto establece "la derogatoria del régimen de ilícitos cambiarios", que penalizaba con multas y hasta 15 años de cárcel las operaciones que se realizaban al margen del Banco Central.
En un discurso en la Asamblea Constituyente, que dio un unánime visto bueno al decreto bajado desde el gobierno, el vicepresidente Tareck El Aissami dijo que la norma regirá a partir del 20 de agosto próximo. Los interesados -empresarios y ciudadanos particulares- podrán dirigirse desde esa fecha a las casas de cambio autorizadas oficialmente para la compra y venta de dólares "de manera transparente, legal y segura", agregó el dirigente.
La reforma fue adelantada la semana pasada por el presidente Nicolás Maduro, que anunció también una reconversión monetaria que implicará la eliminación de cinco ceros al bolívar a partir del 20 de agosto, el mismo día que se despenalizará oficialmente la compra y venta de dólares.
En medio de la sequía de divisas que atraviesa el país desde que empezaron a caer los precios del crudo, a comienzos de 2014, y por la disminución de la producción de la estatal Pdvsa, muchas firmas recurren al mercado negro para importar sus productos.
Con este dato sobre la mesa, para algunos analistas, si bien deja dudas y exhibe limitaciones, la nueva norma es un avance desde el cero absoluto en que se encuentra la economía del país.
"A pesar de que no hay detalles de cómo será su puesta en práctica, la derogación de la ley de ilícitos cambiarios es una buena noticia. Especialmente si permite que lo que los privados han venido haciendo hasta ahora, que es trabajar con sus dólares, no sea penalizado", dijo el economista Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
Y agregó que con esta norma el gobierno evidencia "la necesidad de financiamiento como el (proveniente) de China".
Garantías El gobierno quiere otorgar, según el decreto, "las más amplias garantías para su mejor participación en el modelo de desarrollo socioeconómico y productivo del país".
Pero no representa un levantamiento total del complejo sistema de regulaciones cambiarias venezolano , un alambicado cepo que rige desde hace 15 años, y cuya liberalización muchos analistas reclaman como la llave para dar arranque a la economía más deprimida de América Latina.
La norma mantiene la regulación desde el gobierno a través del Dicom, un mecanismo de venta de divisas del Banco Central, que fija a diario una tasa de cambio oficial. Se trata en la práctica de una cotización hasta 30 veces por debajo de la cotización en el mercado paralelo que gran parte de la población usa como referencia.
El texto tampoco exonera a las compañías y particulares que el gobierno acusa de haber cometido delitos cambiarios en el pasado y no será retroactiva, por lo que es posible que las empresas no reciban miles de divisas pendientes de entrega que tramitan bajo el actual sistema de controles cambiarios.
La decisión fue rechazada por algunos congresistas opositores que expresaron que la única instancia autorizada por la Constitución para aprobar leyes es la Asamblea Nacional, casi borrada del mapa por el gobierno de Nicolás Maduro, que le superpuso la Asamblea Constituyente como órgano legislativo.
Pero las voces opositoras también cuestionaron el fondo de la reforma: ya no solo la legitimidad política, sino el lado económico de la decisión de Maduro.
El diputado Ángel Alvarado denunció, al igual que otros dirigentes opositores, que con esta nueva legislación el gobierno busca controlar a través de las casas de cambio el mercado de remesas, que mostró un repunte en los últimos meses debido a la masiva migración de venezolanos como consecuencia de la crisis. Algunas empresas de análisis financiero estiman que al país ingresan unos 1000 millones de dólares al año en concepto de remesas.
"¿Para qué ha servido el control de cambios implantado por Chávez en 2003?", se preguntó a su vez el diputado y economista José Guerra.
"Para que unos pillos saquearan al país disfrazados de importadores apoyados por el gobierno. La solución de fondo no es maquillar el control de cambio sino eliminarlo y que impere la libertad de cambio", concluyó.