La noche en la calle: fuego, militancia y pantalla gigante antes de la histórica votación
Amuchados contra un fuego. En unas carpas en la plaza Congreso. Deambulando por Corrientes o por Callao. Empinando una botella de vino. La vigilia era esto y ya está entre nosotros. Ahora sí hay expectativa y se empieza a pensar en términos de una cuenta regresiva histórica. Ahora sí, después de tanta calle, tanto grito y tanto fuego, las aguas se aquietaron y lo que pasa adentro del Congreso sí importa
Hay una pantalla gigante en Rivadavia y Congreso y sentados en la calle, miles de militantes del #LadoVerde siguen el debate como si fuera una del Bafici. O como si fuera el Mundial, porque se aplaude al diputado del palo y se chifla al de la contra.
A esta altura, el poroteo fue y volvió tantas veces que nadie quiere cantar victoria. Además, no hay manera de chequear las noticias vía celular porque el 3G ha decidido que hay demasiada gente como para abastecer a todos (Digresión: el éxito de una convocatoria es inversamente proporcional a la señal que hay y a la posibilidad de expresar en redes sociales que una convocatoria ha sido exitosa; por el contrario, una marcha no muy numerosa puede expresar vía redes sociales que la convocatoria ha sido un éxito).
¿Cuánta es la gente que va a pasar la noche en las inmediaciones del Congreso? Cerca de las dos de la mañana, hay miles de personas que no parecieran tener intenciones de volver a casa. Se los ve bien equipados, con campera, gorro y bolsa de dormir. Hay comida, hay agua caliente, aunque en términos climáticos la noche es menos hostil de lo esperado.
Si por la tarde la mayoría eran chicas jóvenes, entre los 15 y los 21, ahora la convocatoria parece haberse emparejado. Se sumaron muchos chicos y algunos adultos, aunque la mayoría sigue siendo como a la tarde, miles y miles de chicas (o quizás sea mejor decir "pibas") con todos los verdes posibles: Eduardo Feinman tiene para pelear hasta el 2050.
El #LadoCeleste agotó todos los recursos. A las dos de la mañana no queda casi nadie. Hay dos ceremonias religiosas, en grupitos de 30 o 40. Un tercer grupo hace bulto frente a un móvil de televisión, como para aparentar gentío. Pero no hay mucho más. Las consignas se repiten como las de la tarde.
El "sí a la vida" es un mantra inalterable. Sí esto se midiera por estado de ánimo, diría que la calle está anticipando lo que será la votación. Pero tampoco tengo muy en claro si los Diputados son conscientes de lo que se ha vivido hoy, en este día histórico para muchos de los que llevan varias horas en la calle