Maestra jardinera salvó la vida de un alumno de tres años
La maestra de un jardín maternal de barrio Panamericano de la ciudad de Córdoba, salvó la vida a un alumno de tres años, con una estrategia de reanimación cardiopulmonar. El niño se desmayó y la maestra no dudó en practicarle la técnica que le devolvió el aliento
Sucedió el pasado miércoles 14 de octubre, cuando Máximo Bustamante, de tres años quedó tendido en el piso al regresar del baño. Poco antes había merendado y dijo que le dolía la panza, pero al verlo desvanecido, la maestra actuó con rapidez.
Hacía dos meses que Mickaela Martínez, la maestra jardinera de 21 años, había hecho un curso de reanimación cardiopulmonar (RCP) y menos de un año que ingresara como maestra al jardín maternal.
Mickaela y Maxi. "Maxi no respiraba y estaba blanco como un papel", dijo la maestra. Mickaela le saltó encima, con una mano le tapó la nariz y con la otra se apoyó para comenzar a dar las bocanadas salvadoras.
Durante los cinco primeros minutos, el esfuerzo parecía en vano. Maxi continuaba blanco y sus compañeros lo habían rodeado por curiosidad. “Seño, ¿por qué le das un beso en la boca?”, preguntó uno.
La maestra pidió a los gritos a Gloria, la otra maestra, que se llevara a los demás niños al patio. Y así continuó con la maniobra.
Insistió con la técnica de reanimación y consiguió que Maxi vuelva a respirar. "Respiró como si fuera la primera vez", dijo pero recién pudo relajarse una semana más tarde, cuando en pleno barullo de clase, contaba a la prensa todo lo sucedido.
Aquella jornada fue de lo más dificil para Pablo Bustamante de 32 años, el papá de Máximo. Advertido por la maestra llegó al jardín y vio que los paramédicos de la ambulancia se bajaban con camilla y tubo de oxígeno.
Maxi estaba sentado en un cochecito, tapado hasta el cuello y temblando. El médico le tomó el brazo y lo canalizó, ante la incredulidad del papá. “Me duele”, decía Maxi. La maestra que salvó al nene de tres años.La maestra con el padre de Maxi.
Unas horas más tarde, el pequeño de tres años entraba a la terapia intermedia de una clínica privada y su mamá Laura Paz, de 27 años, embarazada, se aferraba a su vientre.
Pese a la gran cantidad de estudios que se realizaron al niño, nada pudo confirmarse. Los resultados eran normales. Los médicos hablaban de un posible síncope o falla al corazón. Todo parece indicar que habría sido un caso de muerte súbita, que afecta principalmente a los lactantes.