Más de 50 países acordaron un importante plan de ayuda para los refugiados
Un total de 56 países y 11 organizaciones internacionales y regionales adoptaron ayer en París un plan para ayudar a víctimas de persecuciones religiosas y étnicas en Medio Oriente
El plan de ayuda incluye, en particular, un dispositivo de "acompañamiento humanitario" y de asistencia a los cientos de miles de refugiados. Se trata en primer lugar de "garantizar la protección y la asistencia de las poblaciones afectadas" y prestar "una atención específica a los más vulnerables" como mujeres, niños, minusválidos o personas de edad avanzada que han sido víctimas de violencia o corren riesgo de serlo, dijeron los participantes.
La conferencia se celebró en medio de la peor crisis de refugiados que enfrenta Europa desde la Segunda Guerra Mundial, y con los líderes europeos bajo creciente presión para mostrar mayor solidaridad y unidad frente a una problemática que los divide y para la que aún no han acordado un abordaje común.
La mayoría de los refugiados huyen de guerras en Siria, Irak y Afganistán, y la ONU afirma que más de 350.000 personas cruzaron ya el Mediterráneo hacia Europa en lo que va del año en busca de una vida sin combates, bombas ni muerte.
Al término del encuentro, el canciller de Francia, Laurent Fabius, anunció que su país destinará 25 millones de euros para un programa de ayuda a los refugiados en el Líbano, el Kurdistán iraquí y Siria, un día después de que el gobierno francés afirmara que recibirá a 24.000 refugiados.
Al hablar ante los asistentes, el presidente francés, Francois Hollande, dijo que es necesario privilegiar que las víctimas no salgan de Medio Oriente y sean recibidos "en las mejores condiciones en los países vecinos".
Hollande consideró que la salida de la región de minorías perseguidas por el grupo islamista radical Estado Islámico (EI) constituye "una victoria para el grupo terrorista", que pretende "hacer reinar el miedo" y profundizar un repliegue de las comunidades.
Sin eludir la responsabilidad de los europeos para recibir refugiados, el mandatario galo insistió en que "lo que está en juego en Medio Oriente es el fin de una historia, la de la pluralidad, la de la diversidad, del diálogo". En ese marco, reclamó ayuda a los países de la región -que ya acogen a 4 millones de refugiados sirios que huyeron de sus país- en particular Turquía, Líbano y Jordania.
También advirtió que en caso de no hacerlo ahora habrá que hacerlo "más tarde en condiciones más dramáticas", después de haber recordado que ya ha habido 3.000 víctimas en la travesía del Mediterráneo para entrar en Europa. Sin embargo, subrayó que hay que "tratar las causas en lugar de las consecuencias", buscando explicar la implicación de Francia en la coalición internacional que bombardea objetivos del EI en Irak y, desde la el cambio de postura galo él mismo anunció ayer, también en Siria.
Según el documento presentado en París por los presidentes de esta primera conferencia internacional sobre las víctimas de violencia étnica y religiosa en Medio Oriente, Fabius y su par de Jordania, Naser Yudeh, también se trata de favorecer "el retorno y la reintegración" de las poblaciones desplazadas. En el centro del objetivo de los participantes en la conferencia están los refugiados de Siria y de Irak por la acción de grupos como el EI.
Además de favorecer el retorno de los refugiados, las otras partes del plan de acción son la "lucha contra la impunidad" de los autores de crímenes contra minorías religiosas o étnicas y "la promoción de un marco político necesario para la reconciliación" y garantizar el carácter perenne de "la diversidad en la región".
"No dejaremos que desaparezca la diversidad de Medio Oriente", insistió en conferencia de prensa Fabius, que se felicitó del "mensaje de determinación" lanzado en París, así como la coincidencia en que hay que actuar con "urgencia, porque el terrorismo no espera".
Yudeh insistió en que el conflicto contra el islamismo radical en Medio Oriente "es una guerra mundial" en la que los grupos yihadistas están deformando la religión musulmana, que toman "como rehén".
El ministro jordano también quiso dejar claro que "los cristianos en el mundo árabe constituyen una parte esencial de nuestro pasado y del futuro". Y sobre todo, consideró que para ganar la batalla hay que dar perspectivas a los jóvenes para que no caigan en manos de los extremistas y ofrecer "soluciones políticas y pacíficas" a los conflictos que afectan a Medio Oriente.
En concreto, estimó que hace falta "una solución política en Siria", una "reconciliación" en Irak y un Estado para Palestina.