Crespenses participaron de importante misión solidaria en Quitilipi
Ferrari la dirigente crespense Myriam Ferrari del Grupo de Misioneros Voluntarios, en comunicación con El Observador, contó sobre un nuevo viaje a Quitilipi (Chaco), donde realizaron acciones solidarias en beneficio de personas de esa localidad que lo necesitan. Explicó que esta experiencia, “fue verdaderamente diferente a las anteriores” e hizo historia, recordando que “a fines de 2006, nos invitaron a misionar a una comunidad chaqueña.
El grupo se armó desde Paraná y fueron los primero 3 años los que nos llevó conocer la idiosincrasia de un pueblo, sus costumbres, su cultura, su gente y todo ello conlleva a tomar decisiones. Irene Diuris (Hna. Franciscana de Gante) nos llevó a una nueva comunidad de aborígenes Qom, donde pudimos conocer un grupo maravillosos de niños y maestras abnegadas que dictaban sus clases en un galpón que oficiaba de aula colectiva. Este era el comienzo de un gran sueño.
Desde Paraná, nos pidieron que nos independicemos y que desde Crespo, comencemos solos, formando un grupo voluntario. Y así lo hicimos y nuestra comunidad y toda la zona pudieron conocer cuánto valor tiene el servicio. Con los viajes siguientes, fuimos interiorizándonos de todas las necesidades que tenían y también fuimos amando ese lugar con tantos niños y padres que solo necesitaban de un acompañamiento genuino con alegría y con mucho cariño.
Vimos enseguida la necesidad de trabajar por una escuelita, al menos unas aulas, baños y cocina comedor, lo más imprescindible, para mejorar la calidad de vida de los alumnos. Hace unos años, en unos de los viajes misioneros, tuvimos la oportunidad de llevar nuestro pedido de una escuelita para los niños, al intendente de Quitilipi, Alfredo Zamora, él nos recibió, nos escuchó, nos atendió muy bien y puso en nosotros la gran esperanza de la construcción de la entidad. Llevó un tiempo, pero eso nos daba más fuerzas para volver al lugar que tanto amamos…
Y así logramos llevar equipos de personas comprometidas a servir, y sé que es así, porque hoy, después de esos viajes, se han formados nuevos grupos misioneros, que vieron que el servicio a los más necesitados nos da la verdadera fortaleza para continuar. El año pasado, se unieron al servicio la Cámara de Mujeres Creerme de Crespo y también profesionales de la salud de Libertador San Martín, odontólogos, mecánicos dentales, estudiantes de esta carrera y amigos y fuimos nuevamente como años anteriores, a servir y tras el sueño de la escuela.
Fue muy bendecida esta misión, pues en este grupo, como nunca, hablamos distintas creencias religiosas, pero la fe en Dios nos unía fuertemente. Todos los años como ustedes, medios de comunicación de Crespo y zona, nos espera QTC, canal de televisión de Quitilipi; Ariel (de la mencionada empresa), siempre dispuso de las cámaras para recordar en este lugar qué importante era la escuela y esto repercutió en todo el pueblo y gracias a Dios también en quienes debían tomar las decisiones. Volvimos a casa, seguros que esta vez, la escuelita comenzaba, volvimos llenos de alegría, convencidos que la íbamos a ver en breve y a la semana siguiente, nos llegaron las primeras fotos vía internet de los cimientos de lo que hoy es una hermosa realidad. Todos podemos verla, marcando su silueta de aulas, patio y mástil, preparada para el bullicio de los niños, sí, la escuelita ya está en pie.
Cuando se persigue un sueño, no hay que dudar nunca que no es posible, sólo se debe insistir, nunca desfallecer, descansar quizás, pero luego arremeter, porque la fuerzas de muchos, de todos ustedes que fortalecieron cada viaje con su solidaridad hizo posible que este año los niños tengan un lugar cálido en invierno y fresco en verano para desarrollar mejor sus capacidades de aprendizaje. A todos, los que desde hace siete años y medio han aportado su amor con su solidaridad, Dios les bendiga… Siempre creemos que es importante lo que se pueda llevar de comestibles, ropa, calzado, útiles escolares, es cierto, pero esto perece, lo imprescindible, es que ellos sientan que los amamos, y que los hará verdaderamente libres, la educación, el conocimiento, que vean que pueden confiar en nosotros, pues solo vamos en nombre de quien nos ha sustentado siempre, el que los creó a ellos y también a nosotros. Gracias a Dios, la escuelita está lista, misión cumplida”.