Educación profundiza acciones por la memoria, verdad y justicia
En un nuevo aniversario del Golpe de Estado cívico militar que sufrió la Argentina hace 38 años -el 24 de marzo de 1976-, el ministro de Educación, Sergio Soto ratificó su compromiso para acompañar y profundizar dentro del sistema educativo provincial las acciones para mantener viva la memoria por la verdad y la justicia de 30.000 personas desaparecidas.
Soto señaló que no es casual que el primer asesinato de esta dictadura sangrienta fuera a un docente tucumano, Isauro Arancibia, mientras dormía en su cama la noche del 24 de marzo de 1976.
Dijo que este Golpe de Estado tuvo un plan sistemático, que respondía a intereses de los grandes grupos económicos -así como también ocurrió en otros países de Latinoamérica en la década del ´70, como Brasil, Chile, Bolivia y Paraguay- que además de exterminar vidas, persiguió y censuró a toda persona que tenía sus pensamientos e ideas propios, así como también desmanteló el aparato productivo del país.
“El sistema educativo no estuvo exento de ello y aún enfrenta el desafío de articular propuestas pedagógicas para transmitir el pasado reciente. Quizá el principal escollo para el diseño de tales alternativas de abordaje radique en la naturaleza propia de esa etapa histórica, que se encuentra en permanente proceso de elaboración y resignificación, y sobre la cual todavía quedan heridas abiertas”, expresó el ministro.
Vale recordar que el ministro Soto el 24 de marzo del año pasado, a casi dos meses de haber asumido en su cargo, se presentó en la Escuela de Educación Primaria (EEP) N° 887 “Coronel Ramón Falcón” de Fuerte Esperanza, para retirar del libro histórico de ese establecimiento las fotografías de los militares genocidas Rafael Videla, Leopoldo Galtieri, Facundo Serrano y José Ruiz Palacios.
El ministro Soto, acompañado por el intendente de esta localidad de El Impenetrable chaqueño, Walter Correa y el director de la subsede Regional Educativa 9, Rodolfo Correa, fue recibido por el director y vicedirectora de esta escuela, Julio Hubes y Rosana Estigarribia, un grupo de docentes y padres.
El jefe de la cartera educativa en ese momento explicó que no podía permitir que en una escuela pública de la provincia figuren en el libro escolar fotografías de militares genocidas. “Esto es una ofensa a la democracia” afirmó. Y “en homenaje a esos hombres y mujeres, que tenían el sueño de vivir en un país soberano y con justicia social, y en particular en memoria del docente tucumano Isauro Arancibia”, que fue asesinado durante la dictadura militar, arrancó las páginas del libro de la escuela.