El compromiso institucional que asumo debe reflejar prácticas de gobierno coherentes
Esta mañana aqsmuió la nueva rectora de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Delfina Veiravé. La profesora Veiravé destacó: “Es una emoción muy grande ser la primera rectora mujer de la UNNE. Me parece que es una bisagra en términos de lograr una mayor igualdad y una mayor democratización de las relaciones institucionales en la Universidad”.
Autoridades y representantes del poder ejecutivo, integrantes del poder legislativo, judicial, autoridades de los ámbitos nacional, provincial y municipal, representantes de organismos públicos, del sector privado, organizaciones sociales, instituciones de la sociedad civil, autoridades educativas provinciales, sres. Rectores y autoridades de universidades estatales de gestión pública y de gestión privada, Sres. ex rectores de nuestra casa presentes en este acto, miembros del Honorable Consejo Superior, Sras. y Sres. decanas y decanos, vicedecanas y vicedecanos, integrantes de los consejos directivos de las Facultades, funcionarios universitarios, no docentes de la universidad, graduados y estudiantes, representantes de organismos gremiales docentes, no docentes y estudiantiles, queridos amigos y amigas:
Este Acto es una celebración de la democracia Universitaria que renueva periódicamente sus autoridades y legitima a través de sus órganos colegiados un proyecto de gestión para una nueva etapa de gobierno. Concluye así un proceso en el cual dirimimos proyectos y propuestas para el desarrollo de la Universidad, articulamos a través del dialogo plural y el debate, acuerdos sobre el destino próximo de la institución, clarificamos visiones y perspectivas sobre el papel que le cabe a esta institución pública en el contexto territorial que nos identifica y expresamos públicamente valores y principios que nos orientan. Un proceso que se desarrolló con profundo respeto por las diversidades que nos conforman, tanto desde el punto de vista de nuestras pertenencias disciplinares, de claustros e ideológicas. Este camino es el que nos permitió consolidar un apoyo consensuado y mayoritario de la Asamblea Universitaria, que agradezco con profunda emoción y responsabilidad.
Ahora, esta voluntad política y el compromiso institucional que asumo, se que debe reflejarse en prácticas de gobierno coherentes. Practicas que sostenidas en la historia y en la memoria colectiva de la Universidad, puedan articular equilibradamente lo común con lo heterogéneo, la tradición con el cambio, lo local y regional con lo nacional y global. Quiero decir entonces, que no se trata de tomar discursos prestados sino concretar decisiones de política universitaria que promueva efectivamente la democratización del conocimiento en beneficio de la ciudadanía, con un fuerte sentido de ética pública, con una administración ordenada y transparente basada en decisiones colectivas de planificación, ejecución y evaluación de los actos de gobierno.
Permítanme también señalar que este Acto público, resuena en el espacio de mi vida personal, en las redes tejidas entre las historias institucionales y en los actos de la vida subjetiva. Eso que hace que cada uno de nosotros seamos huellas de otros y eso marca profundamente nuestras condiciones humanas. Por eso, recupero de esa historia, de la singularidad del tiempo del que nos habla Borges, como ese punto finito de la geometría, donde el presente, es lo que está gradualmente volviéndose pasado y volviéndose futuro. Esta circularidad del tiempo, que me permite hoy tener la oportunidad de conducir esta Universidad, se liga a las circunstancias de que esta Institución forma parte vital de mi propia historia familiar. Por eso, comparto con ustedes el recuerdo de mi padre Alfredo, primer no docente de la facultad de Humanidades, profesor de letras y poeta, de quien aprendí la veneración de la palabra como camino ético y estético para establecer vínculos humanos. También un reconocimiento público a mi madre Pia, nutricinista, trabajadora sanitaria, militante de genero, que me enseñó el sentido profundo de la lucha cotidiana y la acción política como acto generoso de transformación social. En este plano personal, quiero agradecer a mi familia, a mis hijas Paloma, Milena y Carmela, y a Luis que son el apoyo incondicional para sostener esta vocación y mi libertad para caminar mi propio destino. Mi condición de mujer ocupando por primera vez en 57 años desde la Creación de la Universidad el Cargo de Rectora, se convierte también en un hecho que marca el devenir de nuestra historia institucional. Algunos datos nos permiten mirar en contexto el tema. De las 200 mayores universidades latinoamericanas solo el 16% poseen rectoras mujeres, pese que la matricula femenina ha crecido notablemente, así como la presencia en los cuerpos académicos y de investigación, donde se destacan por su producción científica, economistas, politicologas, juristas, especialistas en salud, en educación, en estudios urbanos, ecología, entre tantos otros campos. Es decir, los motivos de este hecho no son resultado de la casualidad o de los méritos, sino del largo y dificultoso camino de la plena igualación de derechos y de oportunidades que vamos conquistando en los procesos sociales y culturales. La Universidad no es ajena, sino que forma parte de los movimientos históricos, con fuerzas que resisten y conservan o también, acompañando los cambios y las innovaciones. Por eso, creo que esta circunstancia donde la Universidad elije por primera vez a una mujer, es un signo alentador de la democracia, porque habilita con su decisión, el acompañar las luchas contra la discriminación y la desigualdad, permitiendo garantizar el pleno ejercicio de los derechos de participación en los espacios de decisión y de poder, a varones y mujeres. Por eso, este no es un logro personal, sino que lo reconozco como el esfuerzo colectivo de tantas mujeres docentes, investigadoras y gestoras que han pasado por la Universidad Nacional del Nordeste y que han puesto su compromiso para construir durante estas casi seis décadas esta institución de referencia regional y nacional. Esta Universidad que tiene una larga historia previa a su institucionalización en diciembre de 1956, fue conformándose desde 1921 con los estudios en Ciencias Agropecuarias, sobre la base de la Universidad Nacional del Litoral a lo que luego se suceden aportes de la Universidad Nacional de Tucumán, conformándose escuelas e institutos en el Chaco y Corrientes. La Universidad Regional fue la concreción del proyecto que articuló, no sin conflictos los intereses de un conjunto de organizaciones civiles, de grupos profesionales, de los gobiernos provinciales y del gobierno nacional. Se sumaron al movimiento representantes de Misiones y Formosa que darían inicio a este vínculo regional del Nordeste Argentino. Rescatamos de esa memoria, dos aspectos del proyecto fundacional, por una parte el reconocimiento de la potencialidad de la región del NEA, en cuanto a la riqueza de sus bienes materiales, naturales y de su diversidad sociocultural, considerada como una rica fuente de investigación y de enseñanza para el desarrollo económico, institucional, histórico y cultural de esta parte del país. Asimismo, destacar el lugar de la universidad como espacio público de análisis crítico de las necesidades, aspiraciones y exigencias de los diferentes sectores sociales de la región para ponerse al servicio de esa comunidad. Siempre lo nuevo brota de lo viejo, a veces como natural continuidad, otras como fuertes rupturas, como resultado de procesos históricos, de acuerdos, luchas y tensiones entre concepciones e intereses de los actores sociales que son protagonistas. Somos hoy el resultado de diferentes circunstancias históricas, muchas dolorosas y terribles, que atravesaron la vida social y política del país y de nuestras instituciones en particular. Lo que hoy nos interesa destacar, es que con la reconstrucción del tejido institucional y social que nos permitió transitar estos 30 años de democracia, todavía el escenario regional nos exige consolidar mucho más las relaciones de las Universidades Nacionales. Vínculos de cooperación con los gobiernos de esta subregión del Norte Grande, que se expande hacia el ZicoSur, tan necesarios para impulsar proyectos de envergadura para salir de las postergaciones (como siguen siendo las inundaciones, la falta de servicios básicos, de infraestructura de comunicación y para el desarrollo socioproductivo) . No me voy a extender en los diagnósticos, pero es importante para situar la política universitaria. Podemos señalar que es últimos años los indicadores macroeconómicos de la región mejoraron significativamente, pero la economía sigue sosteniéndose principalmente por un dilatado sector terciario que aporta el 70 % del ingreso (con una parte considerable sostenido por la administración pública) y una fuerte primarización de la producción con la expansión de los cultivos cerealeros y la ganadería extensiva que pese a la incorporación de divisas que producen, son sectores con reducida generación de empleo y de baja distribución de ingresos. La economía y el desarrollo fuertemente asociado con los recursos naturales, a través de la actividad agrícola, ganadera, maderera, turística, y agroindustrial, tensionan la calidad ambiental y obligan a plantear políticas publicas con una visión del desarrollo sistémico y ecológicamente sustentable. La vulnerabilidad social expresada en la pobreza y la desigualdad siguen mostrando cifras superiores a la media nacional, los porcentajes de analfabetismo muestran más del 5% de su población en esas condiciones, una población que supera el 25 % sin concluir sus estudios primarios, la población de 25 años o más que solo en un…… ha completado estudios universitarios. Esta región tiene también deudas pendientes en materia de atención a la multiculturalidad y el multilinguismo. Por eso, somos parte de la compleja conformación de un territorio que contiene la heterogeneidad social, cultural y económica, que implica tanto diversidad cultural, como profundas asimetrías y desigualdades de sus habitantes. Allí estamos las Universidades Nacionales de este territorio, en un papel ineludible de construcción de mejores destinos, vida digna y ciudadanía para todos. Algunos avances hemos hecho y menciono el Programa de Pueblos Indígenas de la UNNE, pero nos queda mucho por resguardar el derecho a la educación superior de los grupos sociales que tienen una presencia todavía minoritaria: los pueblos indígenas, jóvenes y adultos pobres, población rural, personas con capacidades especiales, trabajadores. Entiendo que estos desafíos solo podemos pensarlos como políticas y esfuerzos integrados de las Universidades, el Estado Nacional, los Gobiernos de las Provincias y los otros sectores ligados al desarrollo regional y nacional. Por eso, agradezco esta presencia intersectorial y el acompañamiento de los Rectores de las Universidades del NEA, del Norte Grande y el Zicosur a quienes manifesté personalmente mi profunda voluntad de seguir impulsando la cooperación y formas asociativas solidarias entre nuestras Universidades, que nos reconozca en nuestras identidades y afinidades territoriales, para complementarnos académicamente, sin competencias de mercado, sin mezquindades, ni sectarismos que solo debilitan el espacio público. Durante el proceso electoral presenté un detallado documento con lineamientos de política institucional. No creo oportuno hacer una referencia específica, pero si señalar que se requiere para concretarlo un trabajo basado en la integración de las unidades académicas, junto con el rectorado, en torno a objetivos y estrategias comunes. Se requiere también una fuerte participación de todos los sectores poniendo en debate nuestras posiciones y diseñando a corto y mediano plazo líneas de trabajo. Me refiero a poner en consideración ¿que y para quienes hacemos nuestro trabajo, es decir, la ciencia, la tecnología, la formación y las experiencias de vinculación comunitaria? Encontrar respuestas cotidianas a estas preguntas que nos hagan pisar la tierra, contextualizar nuestro trabajo, es quizás el modo como podemos construir una nueva legitimidad social de la Universidad. Hay temas que tenemos que revisar con argumentos y conocimiento de la realidad, diseñar propuestas juntos en nuestros espacios de gobierno colegiados y con otros sectores representativos de la comunidad. Me refiero, a temas que incluí en las propuestas de gestión que presenté públicamente como: las formas más equitativas de distribución presupuestarias; las políticas y prioridades de investigación y de desarrollo tecnológico; las necesidades de obra pública; el desarrollo de la planta y la formación del personal docente y no docente; las políticas de desarrollo académico; los servicios sociales y pedagógicos para los estudiantes; los mecanismos institucionales para consolidar procesos de mayor representación democrática en la Universidad; las relaciones de la universidad con las políticas públicas y los planes estratégicos de Ciencia, Tecnología y Desarrollo de nuestra región y de la agenda nacional; así como las políticas de extensión y promoción socio comunitaria, entre otras. Voy a agudizar la mirada sobre los lugares poco visibles y de mayor necesidad de la Universidad, allí incluyo al Instituto de Criminalística, a la Escuela Regional de Agricultura (ERAGIA), los Centros Regionales y Extensiones áulicas y otros espacios y programas institucionales que necesitan definiciones de políticas estables e integrales. En este Acto también quiero hacer un reconocimiento especial al Ing. Eduardo Del Valle por su trabajo dedicado y de profunda vocación durante su rectorado, funciones que debió asumir en circunstancias no esperadas en noviembre del 2010. El contenido de su gestión y el aporte al desarrollo de nuestra universidad queda reflejado en los logros exhibidos y compartidos en su discurso. En nombre de la comunidad le agradecemos esta entrega de tiempo y esfuerzo personal y académico. Por último, quiero agradecer esta designación a la Honorable Asamblea Universitaria, a tantos docentes, estudiantes, no docentes y graduados que me dieron su apoyo, me estimularon con ideas y me manifestaron su afecto. A las personas que representan a tantas organizaciones e instituciones de nuestra comunidad, a los saludos que me llegaron de colegas del mundo académico, a las amigas y amigos de la vida. Solo decirles que me fortalece saber que este es un emprendimiento acompañado y con solidaridades mutuas. También se que cuento con la firme creencia de que esta tarea de la educación, como lo dijo un pedagogo portugués, Antonio Novoa, siempre tiene dos lados. Por eso, los educadores tenemos que cultivar el escepticismo con una mano y la utopía con la otra. El escepticismo que nos viene de la conciencia de saber que la educación es el espacio social en el cual se dirime la desigualdad y la discriminación en relación con los otros. Y por eso hay que estar siempre vigilantes y atentos. Pero también, es el lugar de la utopía, de la esperanza, de saber que siempre es posible, de que hay conocimientos que reinventar y una sociedad por transformar. Desde ese lugar de lucha, de creencia, de firmes convicciones y también de ternura y dialogo continuo, es donde quiero transitar estos próximos cuatro años con todos ustedes. Un calido y afectuoso abrazo. Muchas gracias!