Desea expresar su repudio a los actos de represión que el gobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff ha ordenado y que tienen sumida a Resistencia en una vorágine de violencia estatal que no se condice con los principios del Proyecto Nacional y Popular que nuestra población ha elegido y ratificado en más de una elección.
Corridas, policía montada, balas, escuadrones pertrechados como si se tratara de ir a un frente de batalla no hacen más que remontarnos a épocas pasadas en nuestra sociedad, cuando otros proyectos de país estaban vigentes. Cuando hay hermanos que deciden manifestarse es sólo porque su derecho a la vida está siendo lesionado, y no hay otro derecho que pueda considerarse de nivel superior. Desde 2003, se borró de nuestra cotidianeidad la represión a la protesta social. Fuera la que fuese, viniese del sector que viniese. Néstor primero y luego Cristina nos enseñaron cómo se construyen política y democracia sin palos ni botas, en un modelo de sociedad inclusiva donde los conflictos son resueltos con cada vez más inclusión, más democracia y más diálogo. Sabemos que cuando el Estado, en este caso el provincial comandado hoy por el vicegobernador a cargo de la Gobernación, planta la fuerza pública como respuesta a un problema social no hay posibilidades de recuperar el diálogo. La realidad queda envuelta en una espiral de violencia que no generará otra cosa que más violencia. Es por eso que la represión es la respuesta facilista de quien, con los ruedos de la política y la democracia muy cortas, decide invisibilizar los problemas en lugar de exponerlos para que, de manera participativa, se construyan vías de solución. Es la manera de que la política instituya la legitimidad y la legalidad de su propio poder, derivado del mayoritario voto popular. La represión no es la respuesta política de ningún gobierno democrático. Porque sabemos que al fuego no se lo combate con nafta. Porque sabemos que de una encrucijada social no se sale con balas, aunque sean de goma.