Iglesia chaqueña preserva una gota de sangre de Juan Pablo II
El domingo 27 de abril, fiesta de la Divina Misericordia, cientos de fieles se congregaron en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la localidad de Villa Ángela, para honrar al Señor bajo esta advocación y elevar una acción de gracias a Dios por la canonización de Juan XXIII, y especialmente, de Juan Pablo II, en el templo donde se halla un relicario con una gota de su sangre. También hubo una numerosa convocatoria en la localidad de Tres Isletas, donde se halla el santuario diocesano de la Divina Misericordia.
El domingo 27 de abril, fiesta de la Divina Misericordia, cientos de fieles se congregaron en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la localidad de Villa Ángela, para honrar al Señor bajo esta advocación y elevar una acción de gracias a Dios por la canonización de Juan XXIII, y especialmente, de Juan Pablo II, en el templo donde se halla un relicario con una gota de su sangre.
El domingo por la mañana, la localidad chaqueña se vio transformada por la afluencia de peregrinos de distintos puntos de la provincia. A las 7.30, el padre Enrique Kaczocha CSsR, superior de la congregación redentorista, presidió una misa para agradecer Dios las canonizaciones de los papas.
Más tarde, llegó a la localidad el obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Nicolás Barbaro, quien presidió la misa central de la jornada a las 10 y bendijo el relicario con la gota de sangre de san Juan Pablo II, que se entronizó en un altar lateral.
En su homilía, el obispo explicó el sentido de una canonización y habló de Juan XXIII y de Juan Pablo II. Se detuvo en varios ejemplos imitables de la vida de este último papa santo. Luego, la fiesta continuó con un almuerzo, el rezo de la coronilla cantada a Jesús Misericordioso y la proyección además de una película de san Juan Pablo II.
Por la tarde, en la localidad de Tres Isletas, donde se encuentra el santuario diocesano de la Divina Misericordia, se concentraron miles de fieles, particularmente jóvenes. A las 8 se inició la Caravana de la Misericordia, encabezada por el cuadro peregrino de Jesús Misericordioso y la Virgen peregrina de Itatí. La caminata comprendió un recorrido de 15 kilómetros, amenizados con cantos y oraciones.
El arribo al santuario fue cerca del mediodía. Los fieles colmaron el templo para rezar frente a la imagen de Jesús Misericordioso; seguidamente se proyectó un documental del papa polaco y cómo promovió la devoción a Jesús Misericordioso. Tras el almuerzo y la animación musical, se cantó la coronilla a Jesús Misericordioso e inmediatamente se dio inicio a una Misa presidida por el obispo Hugo Nicolás Barbaro.
En esta misa -su segunda en la jornada- monseñor Barbaro recordó el significado profundo de la misericordia divina: “Dios es misericordioso porque perdona nuestro pecados, nos perdona de verdad, siempre sale a nuestro encuentro para ofrecernos su perdón; Él se compadece de nosotros y no mira de lejos y se lamenta por lo que nos pasa, sino que se involucra y nos acompaña, nos perdona y nos cura las heridas del alma, a imagen de la parábola del buen samaritano”.
El prelado animó a los presentes a experimentar la cercanía de Dios y a ser misericordiosos con los hermanos: “También nosotros debemos perdonar de verdad, si bien a veces cuesta sacar el rencor y el resentimiento, confiemos en que Dios sana nuestras heridas, también nosotros debemos acercarnos y ayudar al hermano que pasa un momento difícil”. Refiriéndose a los nuevos santos animó a tomarlos como modelos que se dejaron tocar por Dios e hicieron muchas cosas muy buenas para el bien de su Iglesia.+