El puente está expuesto a fallas críticas y debe ser intervenido de inmediato
Como parte de una iniciativa de la Fundación Chaco, se realizó este viernes una charla informativa del estudio sobre el estado del puente Chaco-Corrientes que desarrolló el ingeniero Jorge Bernal. Realizó un pormenorizado análisis de los diferentes factores que inciden al viaducto, el colapso actual del tránsito sobre, los riesgos a los que está expuesto y cuáles son las posibilidades de intervención y de construir un puente nuevo, entre otros.
La conclusión final de Bernal, un exdocente de la Universidad Nacional del Nordeste (Unne) y de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) con una trayectoria de más de 45 años, fue alarmante. A 42 años de su construcción, el puente General Belgrano está expuesto a “fallas críticas” y la construcción de un nuevo viaducto demandaría no menos de 14 años y una inversión superior de 600 millones de dólares y no es una opción inmediata.
Para Bernal la salida más factible al colapso del puente es intervenirlo. Es decir, modificar la estructura actual del Chaco-Corrientes para ampliar las dos a cuatro vías. Aunque para esta “solución” harían falta también inversiones millonarias (no menos de 50 millones de dólares) y un plazo no menor a dos años y medio, debería preceder a la construcción del ansiado nuevo viaducto. Bernal este viernes, en la Sociedad Española, exponiendo frente a representantes de instituciones intermedias sobre el estado del puente General Belgrano.
Las “fallas críticas” actuales son “pontones obsoletos” que protegen al puente de una colisión y la exposición a un incendio.
“Si una barcaza da un golpe fuerte a algunos de los pilares el puente podría caerse”, alertó Bernal sobre los pontones, triángulos que flotan a los costados de la estructura y que son una suerte de barrera frente a una colisión.
“Los camiones cisterna son otro riesgo severo. Los obenques (tensores sobre los que cuelga el Chaco-Corrientes) no tienen protección contra incendios y expuestos a un fuego intenso resistirían sólo 20 minutos antes de ceder”, graficó.
Bernal además dio ejemplos para demostrar que estas situaciones son reales y ya ocurrieron. Recordó que el puente Maracaibo (en Venezuela, de similar características al puente Chaco-Corrientes) se cayó tras ser impactado por un barco petrolero.
Luego recordó que en el puente Zárate-Brazo Largo un camión cargado con neumáticos chocó los obenques, se incendió y estuvieron a minutos de cortarse.
También señaló que la estructura del puente también es amenazada por la dilatación del mismo y por el paso de los años (cuestiones termodinámicas) y por moluscos y los mejillones dorados que llegaron al Paraná en barcos chinos y ya generan serios inconvenientes en las estructuras de hierro de Yacyretá (factores bióticos). Estado ignorante
El ingeniero Bernal además calificó al Estado actual como “caótico”, con “instituciones débiles” y que “ignora cómo tratar la compleja situación del puente” Chaco-Corrientes. Y aseguró que ahora es la sociedad la que debe accionar para alcanzar los objetivos de controlar el tránsito y la seguridad sobre el viaducto, intervenirlo y luego conseguir la construcción del segundo puente.
Puso énfasis sobre la falta de datos actuales e históricos sobre el estado real del puente. Según dijo, actualmente no hay planos originales, ni del estado actual, ni de reparaciones que se realizaron. “No hay nada del puente”, dijo. ¿Qué pasa en el peaje?
Además dijo que se debe solicitar “control de censos”, “un informe del puente” y los pormenores de los contratos entre Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) para determinar en qué se invierten los millones que recaudan las empresas que explotan los peajes.
Señaló que entre Makallé y Riachuelo (Corrientes) hay tres peajes en menos de 100 kilómetros, cuando deberían estar separadas por no menos de 300 kilómetros. “Resistencia y Corrientes están cercadas por peajes”, señaló.
Bernal recordó además que existe un proyecto terminado para la construcción de un segundo puente con Corrientes por detrás de Vilelas desde el año 2003. El mismo lo realizó la Consultora Pelmeira y costó decenas de millones de pesos, pero “nada no se sabe dónde está”. Intervención
Aunque sin estudios de factibilidad, Bernal diseñó dos soluciones posibles e “inmediatas” para el caos en el puente. Planteó la intervención desde arriba y la intervención lateral de la estructura del viaducto.
La intervención desde arriba que planteó propone imitar la estructura de los camiones que transportan autos. Esto sería colocar un armazón de hierro y acero sobre las dos vías actuales y tener dos vías nuevas encima de éstas para los autos (los camiones irían debajo, en el paso actual).
Aseguró que es posible, ya que los autos son livianos, pero el problema pasa por lo estético y que los obenques podrían quedar sobre el camino.
La otra intervención planteada es armar dos vías nuevas al costado de las actuales, con una estructura que se sostendría con ménsulas especiales “que ya existen”. Conclusión
Bernal concluyó que construir un puente nuevo costaría no menos de 600 millones de dólares y demandaría un plazo de construcción de 14 años, por lo que considera necesaria y de mayor y mejor impacto intervenir previamente la estructura actual.
Esto demandaría dos años y medios y no menos de 50 millones, aunque una inversión extra y muy grande en movimientos de suelos tanto en Corrientes como en Chaco para desviar el tránsito pesado del tránsito de autos.
Bernal aseguró que este informe sobre el puente tiene ya varios años y que fue entregado al exgobernador Jorge Capitanich y que este se comprometió a presentarlo en Nación. “No tuve más novedades y lo tenía archivado hasta que apareció la Fundación Chaco y me pidió que volvamos a hablar de esto”, recordó.
Además de la Fundación Chaco, autoridades y representantes de instituciones intermedias de Chaco y Corrientes participaron de la exposición. También hubo medios de Paraguay ya que Bernal realizó su informe también teniendo en cuenta el contexto de otros proyectos de puentes, los cuales varios serían entre Argentina y localidades guaraníes.