La prensa nacional pone en foco al novio chaqueño del juez Oyarbide
Medios nacionales comenzaron en las últimas semanas a ocuparse de Claudio Hernán Blanco, el joven de Puerto Tirol que lleva algunos años como novio del juez Norberto Oyarbide y que en ese período pasó de ser alguien sin actividad económica conocida a convertirse en un próspero empresario socio de varios emprendimientos.
Blanco fue uno de los personajes centrales que presentó el domingo por la noche el programa de Jorge Lanata en Canal 13 de Buenos Aires, pero en realidad habían sido el diario Perfil y la revista Noticias -ambos del mismo grupo editorial que conduce Jorge Fontevecchia- los primeros en poner su atención sobre el chaqueño
Claudio Blanco, el chaqueño que enamoró a Oyarbide y aparece en varios informes periodísticos que centran la atención en su rápida transformación en empresario multifacético.
“Multifacético”
En uno de esos informes, Perfil presentó a Blanco como “un hombre multifacético a la hora de los negocios, incluido el mercado de la energía y el gasoil. Una de las empresas en la que figura integra un programa del Gobierno y una inversión de 35,5 millones de dólares”.
Hasta el interés periodístico en él, Blanco era una persona eclipsada por la figura de su pareja, el polémico juez federal. El joven, hijo de un ya fallecido funcionario peronista de los ’80, nació en Tirol y luego viajó a Buenos Aires, donde se dice que había sido seminarista, con la idea de ejercer el sacerdocio.
Pero Blanco conoció a Oyarbide y se volvieron inseparables. Tanto Perfil como Lanata dicen de él que es un ex árbitro de básquet, aunque en el Chaco se lo recuerda como un muchacho que hizo el curso correspondiente para esa actividad aunque nunca la habría ejercido.
Las investigaciones periodísticas indican que está inscripto en la AFIP como prestador de Servicios Informáticos. “Dos de las empresas a las que está vinculado pertenecen a ese rubro. Sin embargo, otra de las grandes apuestas comerciales de Blanco es el Consorcio Creba SA. Esta empresa se dedica a la generación y distribución de energía eléctrica”, cuenta Perfil.
Ese medio y el informe difundido por el canal del Grupo Clarín antenoche indican que Blanco es uno de los fundadores con José Fernando Bladimirsquy, miembro de Grupo Florida Inversiones de Bolsa S.A., un agente de bolsa que opera con acciones y bonos en el mercado financiero, uno de los sectores al que Oyarbide se ha dedicado a investigar.
“Consorcio Creba SA también está integrada por Karina Amelia Duranti, una ex asesora de presidencia del bloque Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados bonaerense”, dice Perfil.
En un informe solicitado por Libres del Sur, la Secretaría de Energía de la Nación informó que Creba integra el Programa Refino Plus para el incremento de producción de nafta y gasoil. Entre los expedientes aprobados 2011 figura una inversión de 35,5 millones de dólares de Creba para la “obtención de gas oil por pirólisis de neumáticos usados”. En el informe televisivo se plantearon suspicacias acerca de dónde había sacado Blanco el dinero como para participar de semejante inversión. Gerente de informática
Perfil dice que Blanco también es gerente de Causares SRL, compañía dedicada a la informática y al suministro de programas de informática. Fue fundada en agosto de 2012 por la pareja del juez y tres socios.
“En septiembre de 2010, Blanco ya había inscripto otra compañía: la Cooperativa de Trabajo Planher Limitada”, dice el periódico, que afirma que Blanco se mueve a bordo de un Mercedes-Benz C 350 negro, valuado en casi un millón de pesos”, sostiene el artículo.
El diario de Fontevecchia también menciona que José Fernando Bladimirsquy, el socio de Blanco en Consorcio Creba SA, fue procesado en 2012 “en el marco de una causa contra un grupo de financieras, mutuales, cerealeras, sociedades de bolsa y cooperativas acusadas de haber ‘auxiliado’ a un grupo de funcionarios del Ministerio de Economía y Producción, y del Instituto Nacional de Reaseguros (Inder)”.
La justicia, dice Perfil, “acusó a los financistas de blanquear $ 54 millones que salieron irregularmente de las arcas del Estado: los fondos eran el pago de una supuesta deuda de la ex Caja Nacional de Ahorro y Seguro (CNAS) que se efectuó en 2007. En la primera etapa del caso, los funcionarios que autorizaron ese pago quedaron procesados por administración fraudulenta en perjuicio de la Administración Pública. La decisión de pagar esa suma millonaria, según la investigación, ‘se tomó a pesar de que el Estado se encontraba en posición de negociar e, incluso, plantear objeciones al mismo’. Los $ 54 millones se depositaron en tres cuentas bancarias y luego viajaron por distintos circuitos financieros para perderles el rastro”.
“En la segunda etapa de la investigación dice Perfil-, el seguimiento del pago de los $ 54 millones reveló que el dinero fue ‘fraccionado, convertido en efectivo y luego nuevamente reunido’ por estas entidades financieras. El juez Torres procesó a Bladimirsquy y a otros financistas porque ‘quienes intervinieron en las operaciones conocían el origen espurio de los fondos y también tuvieron conocimiento de la apariencia de licitud que les darían’. Sin embargo, la defensa de Bladimirsquy sostuvo que no tenía forma de saber el origen de esos fondos y la Cámara Federal le dio la razón. Lo sobreseyó y pidió que sigan investigando. La causa sigue en trámite ante una apelación de la UIF ante la Cámara de Casación”.