Difunden recomendaciones para detectar problemas auditivos en niños
En el marco del Día Nacional de la Audición, este 28 de marzo, referentes del Ministerio de Salud Pública emitieron una serie de consideraciones para detectar oportunamente problemas en los niños.
El tamizaje en las primeras horas de vida y tener en cuenta algunos de los signos de la hipoacusia infantil son claves para prevenir estadios más severos en la sordera y garantizar el desarrollo integral del pequeño.
Una de las coordinadoras del Programa de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, Vanina Crenna, explicó que se llama hipoacusia a la pérdida parcial o total de la capacidad de escuchar de las personas, no necesariamente significa una incapacidad completa para escuchar. Esta disminución puede ser leve, moderada, severa y profunda, a esta última se llama también sordera. “Algunas veces la hipoacusia leve puede pasar inadvertida, mientras que los grados severo y profundo dificultan o impiden que el niño desarrolle habilidades comunicativas”, comentó.
Es difícil establecer con seguridad la causa de la hipoacusia, puede estar presente desde el nacimiento o desarrollarse durante el crecimiento, ser hereditaria o resultar de una enfermedad materna durante el embarazo, exposición a ciertos medicamentos o complicaciones durante la infancia inmediata. “Un gran porcentaje de las hipoacusias infantiles son por factores hereditarios, pero las demás, pueden deberse a un defecto en el oído externo o medio, pero con mayor frecuencia el daño ocurre en el oído interno (cóclea)”, agregó la especialista.
La hipoacusia adquirida después del nacimiento puede derivarse de prematurez, bajo peso al nacer, incompatibilidad del factor Rh entre los padres, uso de medicamentos tóxicos, infección por citomegalovirus (CMV) o falta de oxígeno. Además, algunas enfermedades como meningitis, encefalitis, paperas e ictericia también pueden afectar a la audición.
Cuando sospechar hipoacusia en los niños
Los padres, abuelos y personas que cuidan a los niños son quienes frecuentemente notan que algo podría estar mal con su capacidad de oír. Incluso si se le realizó tamizaje auditivo desde el nacimiento se debe continuar alerta por signos de hipoacusia. Algunos de los indicios por etapas son:
Primer año del bebé: 0 a 12 meses
· El bebé no reacciona o no se sobresalta ante sonidos fuertes. No despierta, con llanto o estremecimiento con sonidos intensos o sorpresivos.
· Cuando se habla o apela a él con algún sonido, no voltea en dirección a la voz. Así como no busca con la mirada la voz de su madre.
· No emite sonidos guturales ni hace vocalizaciones prolongadas para llamar la atención.
Segundo año: 24 a 36 meses
· El pequeño no responde a órdenes sencillas, ni parece comprender lo que se le dice. No presta atención cuando se le habla o no consigue hacer frases de dos palabras.
· No conoce su nombre, no identifica los nombres de sus familiares, objetos o partes de su cuerpo
· Poco o nulo desarrollo del lenguaje, sobre todo en comparación con otros niños de su misma edad
Tercer y cuarto año: más de 36 meses
· No es capaz de mantener una conversación sencilla, no sabe contar lo que pasa o no consigue cantar o tararear.
· Se sienta cerca de la televisión, sube el volumen o pregunta frecuentemente ¿qué? cuando alguien le habla o si no responde cuando se le llama.
· Evita el contacto social y quizá se comporta de un modo agresivo. Esto puede indicar frustración por parte del niño debido a todos los malentendidos causados por la pérdida auditiva.
En resumen, “si es un niño que tiene poco lenguaje o evoluciona lentamente para su edad y si tiene frecuentes catarros u otitis, será conveniente consultar con el pediatra de cabecera”, instó Crenna y luego agregó que “una gran parte de los casos se puede tratar si se diagnostican a tiempo y se someten al tratamiento apropiado”.
Detección oportuna
La primera oportunidad de realizar una evaluación auditiva es en el mismo hospital incluso horas después del nacimiento, por medio de estudios electrónicos no dolorosos. El otorrinolaringologo, Rafael Knopoff, señaló que “estos procedimientos son fáciles de llevar a cabo y no causan molestia alguna al bebé”.
En caso de que no hayan realizado el tamizaje auditivo al pequeño, antes de darse de alta, recomendó que se haga dentro del primer mes de vida. Así, agregó que “si los resultados muestran una posible hipoacusia, se deben realizar más evaluaciones, preferentemente en los primeros tres a seis meses de vida”, ya que “entre más temprano se detecte la hipoacusia, los resultados serán mucho mejores”.
Cuando la hipoacusia se identifica a una edad temprana, se puede adaptar un auxiliar auditivo para amplificación de los sonidos, entrenarlos para su uso constante y lograr el máximo aprovechamiento de su audición residual para la comprensión y desarrollo de habilidades del lenguaje, que permitirá funcionar efectivamente en sociedad.
En cambio, “una hipoacusia no diagnosticada puede tener un impacto desfavorable en el desarrollo del lenguaje, el desempeño escolar y la estabilidad emocional”, valoró el especialista.
En el caso de las hipoacusias severas y profundas de ambos oídos puede ser necesario un implante coclear. Se trata de una prótesis auditiva cuya parte visible es muy similar a la de un audífono. En todo el país, el Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia otorga el implante coclear gratuitamente a los niños hasta los 3 años de edad que lo requieran.
Día Nacional
Cabe recordar que el Día Nacional de la Audición se celebra en recuerdo de la proeza del médico argentino Juan Tato quien, en 1933, realizó la primera cirugía de audición en el mundo.