Incendio es apagado a los baldazos por los vecinos; Bomberos, sin agua
Varios inconvenientes tuvieron que sortear los trabajadores voluntarios para apagar el foco ígneo suscitado en una conocida casa de electricidad del centro. No contaron con las ropas ni los elementos necesarios para combatirlo.
Un incendio originado en el depósito de un comercio de materiales eléctricos mantuvo en vilo durante el mediodía de ayer a muchos vecinos de la zona céntrica de Charata. El hecho ocurrió aproximadamente a las 13 en el local de Charata Electricidad, propiedad de Antonio Requena y Daniel Bruno. El incidente tuvo su agravante debido a que los bomberos voluntarios se quedaron sin agua y gracias a que en una casa contigua había una pileta y la llegada de sus pares de Las Breñas más un aporte de la Municipalidad y el valor de los vecinos no pasó a mayores.
LOS BOMBEROS SE QUEDAN SIN AGUA El fuego fue «atacado» a baldazos por los vecinos ante la gran demora en llegar de los bomberos, quienes aprovecharon el agua de una pileta de natación cercana. Más tarde llegó una motobomba de Bomberos de Charata, dependiente de la Policía del Chaco, que colaboró con una línea de manguera, pero al poco tiempo quedaron sin agua, para esto la Municipalidad debió disponer de tres camiones cisterna que lograron llegar prontamente y abastecer momentáneamente con agua.
La municipalidad ayuda con ayuda Como si algo más hiciera falta a este lamentable episodio, si bien se contó con la buena disposición del municipio para ayudar a apagar el incendio con el aporte de camiones cisterna, en Güemes al 546 no disponían de los elementos necesarios para llegar hasta el foco ígneo y nuevamente los vecinos colaboraron para hacerla llegar con baldes.
PILETA DE NATACION SALVADORA Si bien el principal factor para que no se propague el fuego fue el ataque desde adentro del comercio, antes de que las llamas perforaran las puertas traseras, fue el ataque que realizaron numerosos vecinos y amigos de Requena con extintores que había en el local y baldazos de agua que sacaron de las canillas de sus casas y de una pileta de natación que sirvió para que una veintena de hombres, entre policías y civiles -durante más de una hora-, pasaran los baldes con agua para circunscribir el fuego.
ESFUERZO AGOTADOR El esfuerzo de numerosos vecinos y unos pocos bomberos, sin indumentaria ni elementos necesarios para este tipo de incendio, fue la postal del mediodía «ardiente» que se vivió en el centro de Charata. Cables y plásticos que emanaban humo tóxico y dos personas que fueron llevadas en ambulancias al hospital para su atención fueron el saldo. Los bomberos voluntarios de todos modos lograron que las llamas no se propagaran peligrosamente al negocio que contenía más elementos inflamables y a las propiedades de los vecinos, principalmente a uno de ellos: a una casa de venta de comidas cuya pared lindera al incendio propiamente dicho daba al depósito de garrafas. Una vecina fue a comprar barbijos comunes a una farmacia para repartir a varios voluntarios para que atenúen el efecto de las emanaciones tóxicas de los plásticos.
LLEGAron BOMBEROS DE LAS BREÑAS Como esperando la caballería en el lejano oeste para salvar a la familia sitiada por los indios, así recibieron los curiosos la llegada de una motobomba de Bomberos Voluntarios de Las Breñas (casi dos horas después del origen del siniestro). Si bien ya el incendio estaba dominado por el esfuerzo de la gente y del puñado de policías y bomberos locales, se debe destacar la alta profesionalidad de los breñenses. Bajaron con todo el equipamiento completo, incluídas las máscaras de oxígeno ya colocadas, en segundos las líneas tiradas y poniéndose al frente del suceso, rápidamente desalojaron el lugar de curiosos, delimitando el área de trabajo y al mismo tiempo atacando al foco que aún quedaba prendido y sobre todo un solo jefe ordenaba los movimientos con la seguridad que le daba su experiencia en el tema. Se debe señalar que si bien la colaboración de la gente fue encomiable, faltó una persona que coordine el accionar, pero gracias a Dios no pasó a mayores debido al esfuerzo denodado de manos anónimas que arriesgaron su vida para apagar el fuego.