Villa Ángela: Echaron a tres penitenciarios tras la muerte de un preso en la alcaidía
El hecho ocurrió el 8 de febrero cuando tres penitenciarios golpearon y degradaron a varios presos.
Posteriormente, uno de los reos murió quemado. Los uniformados quisieron hacer aparecer el episodio como un intento de fuga. El gobierno los echó.
Tres agentes del Servicio Penitenciario Provincial que se desempeñaban en la alcaidía de Villa Ángela fueron expulsados de la fuerza tras comprobar que cometieron faltas graves en su accionar durante la madrugada del 8 de febrero, cuando un preso finalmente murió tras intoxicarse y sufrir serias quemaduras tras prender fuego un colchón de poliuretano.
De acuerdo al decreto 2962/13 y el sumario del OCI (Órgano de Control Interno de la Policía del Chaco) todo ocurrió minutos después de la medianoche del 8 de febrero pasado cuando, sin mediar causa alguna, ingresaron a los pabellones el oficial subayudante Guillermo de Jesus Ávila, el suboficial principal, Rubén Antonio López y el agente, Miguel Ángel Alegre. Según los penitenciarios, previamente se habían producido varias revueltas en la alcaidía.
Una vez en los pabellones, los tres comenzaron a hostigar, golpear y degradar a varios internos entre ellos a Matías Ríos. Incluso dispararon postas de goma que hirieron a dos presos. Luego del violento episodio, Ríos fue alojado en una celda de castigo y aislamiento. El Centro Mandela denunció en su momento que la referída celda es en realidad un deplorable calabozo, de pequeñas dimensiones, sin aireación, con una puerta de chapa que cuenta con una pequeña abertura en su parte superior, que tiene la función de "respiradero".
A modo de protesta, Ríos prendió fuego un colchón de poliuretano (elemento que desde 2011 está prohibido en las cárceles chaqueñas por la ley 6859). Los gritos y el humo alertaron al personal penitenciario quienes lo rescataron varios minutos después. Ríos sufrió quemaduras de tercer grado en gran parte de su cuerpo y una intoxicación por aspiración de los gases tóxicos del poliuretano. Murió al día siguiente en el hospital Perrando.
Ante la gravedad de lo acontecido, y previendo las sanciones que se venían, los uniformados no tuvieron mejor idea que pretender justificar las agresiones a los presos y el posterior "castigo" a Ríos inventando una historia sobre un supuesto intento de fuga. Para apoyar el relato llegaron incluso a realizar un boquete en la pared del pabellón 3.
Con estos elementos, el gobernador en ejercicio, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, vía decreto, resolvió el 11 de diciembre último destituir con la calificación de sanción expulsiva de cesantía al Oficial Subayudante, Guillermo de Jesús Ávila; al Suboficial Principal, Rubén Antonio López y al agente Miguel Ángel Alegre. A todos se los encontró culpables de trasgredir varios artículos del Régimen de Disciplinario Policial. En tanto que a quien se desempeñaba como jefe de esa alcaidía, el comisario Remigio Sandoval, fue sancionado con 60 días de arresto.