Un ministro de Zdero admitió que el gobierno entregó paraguas a los inundados
Diego Gutiérrez, quien tiene a su cargo Desarrollo Humano, reconoció que las sombrillas fueron repartidas como “paliativo a gente que tenía el agua hasta la rodilla”. Dijo que eran “rezagos” de la Aduana que estaban en desuso “en un galpón del Ministerio”.
En una nueva demostración de la desconexión entre la gestión pública y la urgencia en el territorio, un funcionario del gobierno provincial reconoció que entregaron paraguas a familias inundadas. El ministro de Desarrollo Humano, Diego Gutiérrez, incluso fue más allá y ante las críticas por las fotos que se viralizaron en las últimas horas defendió esa gestión a la que consideró “un paliativo” ante los anegamientos, las evacuaciones y las pérdidas por el avance de las lluvias.
El funcionario igualmente no supo decir en qué podría servirle un paraguas a una persona con el agua dentro de su casa. Con las declaraciones del ministro, la respuesta oficial ante las inundaciones parece limitarse a distribuir artículos que el propio Gutiérrez calificó como un "paliativo" ante una catástrofe que ya tiene a la gente con "el agua hasta la rodilla".
“La foto es real” El titular de la cartera de asistencia social admitió que encabezó la distribución de paraguas, pero intentó restarle peso político al aclarar que se trata de "rezagos de aduana" encontrados en galpones del ministerio al asumir su cargo. “La foto es real”, reconoció, en una entrevista concedida a Radio Alerta Urbana, en referencia a una imagen en que se lo ve con varias sombrillas negras en la mano y repartiéndolas a damnificados por el temporal rodeado de colaboradores.
Según su lógica, fue "oportuno" entregarlos para que los vecinos no mojen los módulos alimentarios mientras los retiran bajo tormentas torrenciales. Sin embargo, la precariedad de la asistencia queda al desnudo cuando el ministro subraya, casi con orgullo, que el Estado "no va a gastar un peso" en comprar este tipo de elementos, tratándolos simplemente como objetos que "estaban ahí" y debían aprovecharse.
En un contexto de precipitaciones y lluvias fuera de lo común, con necesidades reales y concretas que van incluso más allá de la contingencia climática, ofrecer un simple paraguas resulta una respuesta escasa y apenas simbólica por parte del gobierno.