Tabaquismo: resaltan el impacto de las campañas de prevención
Especialistas de la UNNE destacan el impacto positivo de las campañas preventivas contra el tabaquismo, y apuntan al acompañamiento a los fumadores como trascendente pues gran parte de quienes fuman manifiesta voluntad de dejar.
El tabaquismo ha sido identificado como el principal problema de salud pública y causa de muerte prematura evitable a través de la prevención, y representa un problema al que se asigna cada vez mayor importancia en materia sanitaria.
Pese a este escenario, las campañas preventivas han logrado una disminución en las cifras de consumo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el tabaquismo produce 5 millones de muerte por año y se calcula que esa cifra se incrementará a 10 millones para el año 2020.
En Argentina aproximadamente el 29 por ciento de la población fuma y gran parte de ellas con un consumo alto de unidades por día.
Sin embargo, las estadísticas hablan de un importante retroceso en el consumo, pues desde el año 2001 se logró una reducción de hasta el 10 por ciento en la cantidad de fumadores en el país. Al respecto, dos profesionales de la Facultad de Medicina de la UNNE, el doctor Ricardo Rasmussen y el doctor Anibal Alegre, señalan la importancia de seguir fortaleciendo las acciones de concientización y en especial de asistencia a fumadores.
“Las estrategias a mi entender deben enfocarse a proteger a los no fumadores a través de ambientes libres de humo de tabaco (ALHT), a concientizar sobre los riesgos de fumar y a brindar a los fumadores la asistencia necesaria para la cesación del consumo” estimó el doctor Rasmussen, Docente de Fisiopatología y Coordinador de Medicina del Deporte en la Facultad de Medicina de la UNNE.
Subrayó que las acciones en la materia deben ser permanentes, porque se trata de un mal hábito que luego se transforma en enfermedad, y los fumadores que quieren dejar de fumar “recaen y recaen, porque la nicotina es una de las sustancias más adictiva”.
En esa línea, destacó la importancia de acompañar como Estado y sociedad a quienes buscan salir del tabaquismo, y no caer en el engaño de pregonar que se fume menos pues cuando se fuma se tiene poco control del consumo. En cambio dejar ésta adicción implica una decisión de vida y allí debe estar la familia, las instituciones y el Estado acompañando a quien toma la difícil decisión de abandonar el cigarrillo.
El profesional indicó que las acciones enfocadas hacia fumadores repercuten en su entorno, porque si una persona deja de fumar se benefician varias personas de su entorno que son afectados en calidad de fumadores pasivos.
Recordó que a nivel nacional y en el plano local, de Corrientes y Chaco, en general el promedio del inicio del acto de fumar se ubica a muy temprana edad, entre los 12 y 14 años, aumenta el consumo a los 17 años y se registran promedios superiores al 15 por ciento de fumadores en la población de jóvenes.
Luego, pasando los 18 años, se produce una meseta e incluso un descenso en la cantidad de fumadores, que se vuelve a incrementar a los 30 años.
“Estos datos son importantes para saber a quienes enfocar: a los adolescentes para que no inicien el consumo, a los jóvenes para que no sigan con la carrera tabáquica, y a los adultos para que sientan que es factible abandonar el tabaco con el acompañamiento y contención profesional adecuado” dijo.
Rasmussen destacó que desde hace una década, en que se empezó a trabajar fuerte en las acciones preventivas, se logró una reducción del tabaquismo en la sociedad lo cual demuestra la eficacia de las medidas.
En ese sentido, el doctor Anibal Alegre, docente de la Cátedra Infectología de la Facultad de Medicina de la UNNE, destacó el descenso registrado en Argentina que en 2001 tenía hasta un 40 por ciento de fumadores y actualmente se ubica en menos del 29 por ciento.
“Las políticas o acciones en la lucha contra el tabaquismo demostraron que sirven” resaltó y subrayó además la pertinencia de incrementar los programas de cesación tabáquica en los que se ayuda a los fumadores.
Para Alegre, las leyes que declaran los ambientes libres de humo resultan importantes pues protegen al no fumador y a la vez ayudan al fumador a reducir el consumo. “Cuando el fumador ve que otros han dejado de fumar puede encontrar una razón en su entorno que lo empuje a tomar la decisión de no consumir más cigarrillos”.
Según las estadísticas, más del 70 por ciento de quienes fuman tienen firmes intenciones de abandonar el tabaco, y de ese porcentaje un 25 por ciento está listo para dejar de fumar, sólo le falta el apoyo profesional para concretarlo.
Por tanto, Alegre insistió que a las campañas de concientización se las debe complementar con un fuerte programa de cesación tabáquica que implica brindar al fumador un tratamiento profesional que lo acerque a tomar la decisión de abandonar el cigarrillo.
Este método consiste en una entrevista para conocer el grado de adicción de la persona, las razones por las que quiere dejar de fumar, y luego se le explica en que consiste el tratamiento por medio del cual recibirá asesoramiento psicoterapéutico y controles médicos.
En Corrientes están funcionando en Corrientes Capital el Servicio de Cesación del Hospital Vidal a cardo del Dr. Anibal Alegre, y el servicio de Cesación del Instituto de Cardiología a cargo del Dr. Ricardo Rasmussen. También existen estos servicios en Chaco programas impulsados por el Estado que tienen por objetivo contribuir a la cesación tabáquica del fumador que así lo desee.
Ambos profesionales, Rasmussen y Alegre, pese a los avances, brindaron algunas cifras estadísticas que, lamentablemente, motivan a no cesar en la lucha contra el tabaquismo.
En Argentina fuman 8.000.000 de personas, casi el 30% de la población total adulta, y se estima que mueren 40 mil personas por año por tabaquismo, y 6 mil de ellas son fumadores pasivos.
Se proyecta que en promedio el 50% de los que fuman van a morir a causa de ese vicio y el 25% de los que fuman van a ver reducida su expectativa de vida en 15 o 20 años.
Además gran parte de los fumadores sufre problemas en el entorno familiar y registran caída en la productividad en su actividad diaria laboral.
El tabaquismo mata en Argentina más personas que los accidentes, el SIDA, que las drogas ilegales, que los homicidios, e incluso que todas esas causas juntas.