Creciente del Paraná: ¿Qué riesgos sanitarios existen y cómo prevenirlos?
Ante rumores de contaminación de agua, proliferación de epidemias y enfermedades producto de las constantes lluvias y la creciente de los ríos, ellitoral.com.ar se comunicó con especialistas locales para conocer qué tipos de riesgos sanitarios reales existen ante esta situación y qué se aconseja para prevenirlos
La creciente del río Paraná y los pronósticos metereológicos desalentadores para los próximos meses devino en una situación humanitaria y sanitaria compleja en toda la provincia, principalmente en las localidades costeras. Consultados al respecto, Félix Pacayut, y Alejandra Cremonte, secretario de Ambiente y subsecretaria de Salud de la Municipalidad de Corrientes, respectivamente, dieron su perspectiva.
Pacayut, desde el área de Ambiente, asegura que si bien la creciente es de consideración no supera los índices alcanzados durante las crecientes críticas del 83 y 92. En cuanto a los rumores que circulan sobre riesgos de consumir agua corriente, el funcionario desmintió categóricamente esta información y precisó que “la potabilización del agua no guarda ninguna relación con la altura del río”.
Por su parte, Cremonte explicó que, como parte del plan de asistencia a las familias afectadas por la inundación, las áreas municipales que trabajan en el programa de contingencia entregan agua embotellada y pastillas potabilizadoras a los grupos de evacuados debido a que muchos “no tienen acceso al agua potable”.
La especialista en Atención Primaria de la Salud dejó en claro un dato importante a tener en cuenta: los riesgos sanitarios más importantes tendrán lugar una vez que baje el agua de las casas y las familias evacuadas retornen a sus hogares, ya que tendrán contacto directo con elementos que convivieron con humedad durante mucho tiempo.
En estos últimos tres meses, Cremonte detalló que las enfermedades más comunes que se presentaron fueron ciertos tipos de dermatitis, también picaduras de víboras y alacranes y varios casos de bronquitis, los cuales “no son usuales en esta época del año sino que fueron provocadas por la humedad”.
Las probabilidades de contraer estas enfermedades se incrementarán una vez que los grupos vuelvan a sus hogares, que según las previsiones será en el mes de febrero o inicios de marzo, porque el contacto directo con objetos húmedos alimentará el roce con factores directos de riesgo.
Ahora trabajan en la concientización, promoción y capacitación para evitar índices críticos de enfermedades como la bronquitis, que, de prolongarse durante todo el verano, podría significar que se dupliquen los casos debido a su coincidencia con el pico usual de la enfermedad que suele ser en los meses más fríos, durante otoño e invierno.
En vista al panorama de los próximos meses algunos de los recaudos más importantes a tomar en cuenta según los especialistas son:
Sacar la basura en los horarios y días correspondientes. Limpiar recipientes que puedan acumular agua estancada y hacer proliferar vectores de leishmaniasis y dengue. Evitar tirar elementos que puedan obstruir desagües, cloacas o alcantarillas.
Asegurarse que las habitaciones, colchones, y otros espacios de la casa hayan quedado sin vestigios de humedad, debido a que son caldo de cultivo para bacterias, hongos y vectores riesgosos para la salud. Que tanto niños como adultos se mantengan al día con las vacunaciones para fortalecer el sistema inmune. Usar repelente en forma constante y consumir agua potable.