Exposición permanente de carruajes: Historia Del Transporte En El Chaco
Cuando Resistencia se movía sobre ruedas”, es el título de un artículo periodístico
publicado por el fundador del Museo del Hombre Chaqueño, Profesor Ertivio Acosta,
publicado en un folleto del Museo en el año 1990
En ese marco, describe que en materia de carruajes, hubo transportes de personas
y de carga; de dos o cuatro ruedas; tirados por caballos o bueyes. Los primeros
carruajes en la Argentina, fueron importados, pero al poco tiempo, comenzaron a ser
fabricados en el medio.
En ese folleto hace referencia a los primeros vehículos de tracción a sangre que
circularon por las picadas del monte chaqueño, allá por el año 1870. Ciento cuarenta
y cinco años después, tenemos frente nuestro a uno de aquellos medios, los que,
tirados por bueyes, sirvió para el transporte de rollizos en los obrajes que
comenzaron a instalarse en este Territorio en la década del sesenta del siglo XIX.
Nos referimos al “alzaprima”, uno de los carruajes más antiguos de nuestra historia,
y que junto a otros de la misma época se expone en el Museo Casa Geraldi, en Villa
Elba.
El mismo fue donado por el Sr. Juan Duran, luego de haber cumplido su ciclo vital en
un obraje de la localidad de Cote Lai, y tal vez sea uno de los primeros en usarse en
estas tierras en los años próximos a 1870, para trasladar rollizos, fundamentalmente
de quebracho colorado.
Los primeros informes escritos acerca de su uso datan de 1884, y es I.
Fotheringhan, quien los usó para cargar provisiones militares, en sus intentos por
hacer sus “entradas” al monte chaqueño, habitado desde hacía miles de años por
los pueblos originarios.
En ese informe se lee: “Aquel que de ordinario – se refiere al alzaprima – es
arrastrado por dos yuntas de bueyes. Consta de dos ruedas sólidas, eje y pértigo, al
que se enganchan las vigas por medio de cadenas pasadas por la parte de abajo
para facilitar la carga, empinando el pértigo y luego la culata”
El conjunto del carro se llama “alzaprima”, y posee - según el informe militar aludido
– dos ruedas de un diámetros de 2,50 mts. Semejante altura era necesaria para
poder sortear los badales y pantanos que existían en la zona de explotación forestal.
Más adelante el jefe de las tropas militares mencionado, explica que para llegar al
Río Bermejo, entró en contacto con la dueña de un obraje (una mujer paraguaya ),
quien les facilitó algunos carruajes.
Según su descripción, la carga, debido al diámetro de las ruedas, se elevaba a un
metro de altura, “lo que salvó se amocosaran y otros elementos se perdieran por el
camino”.
El científico que acompañó al Gral. Fotheringhan en su expedición al Chaco, cuenta
en términos similares las odiseas que debieron soportar para permitir el
desplazamiento de estos carruajes en medio de los pantanos y lagunas que
encontraron en el camino, debiendo los soldados en más de una oportunidad
empujar ellos mismos el carruaje cuando quedaban empantanados.
Otro empresario de la explotación de la madera, Simeón Borda, uno de los primeros
habitantes de lo que hoy es Barranqueras, poseía un obraje, ubicado en lo que hoy
es el Golf Club de Resistencia, y fue el primero que se dedicó a fabricar ruedas para
las alzaprimas. Este pionero de la actividad forestal, sostiene E. Acosta, ha sido
considerado el primer industrial de este territorio. El mismo cuenta que las
alzaprimas podían desplazarse a una velocidad de seis kilómetros por hora y podían
cargar hasta dos toneladas de rollizos.
Otra mención a las alzaprimas la realiza el Ingeniero Seelstrang, cuando realizó la
mensura de las futuras colonias en el Chaco en la década del setenta del siglo XIX.
Hace mención a ellas, pero sin describirlas. El informe oficial hace referencia a que
en la ribera del Río Paraná, desde Reconquista al norte, deben existir unos quince
obrajes; “si cada obraje tiene 40 o 50 carros para transportar madera, en total debe
haber unas 500 alzaprimas”.
A principios del siglo, cuando ya se habían abierto algunas picadas en el monte (
antecedente primitivo de los caminos rurales) comienzan a fabricarse “ alzaprimas”
con ruedas de dos metros de diámetro, mientras que el Chaco Santiagueño, la altura
de las mismas, alcanza a 1,50 mts., debido a que la sequedad del suelo, no era
necesario que fueran tan altas.
EL PRIMER CARRUAJE EN EL CHACO
Las referencias históricas que aluden al la fundación de Concepción del Bermejo,
sostienen que las carretas que transportaban pertrechos, alimentos y armas, fueron
las primeras que recorrieron el suelo del Chaco.
Fue tal vez la expedición más numerosa y mejor equipada de aquella época. Estaba
formada por 130 arcabuceros y numerosas familias transportadas en carretas, las
cuales eran tiradas por cinco bueyes cada una.
Otras referencias, entre ellas las del Padre Montoya, el gobernador Hernandarias, y
del propio Acosta, testimonian que entre Asunción y Tucumán, existió un fluido
tránsito de carretas en la época de esplendor de Concepción (año 1600).
Cuando se fundó la reducción de San Fernando de Río Negro, para indígenas
abipones, los vecinos correntinos, colaboraron con la misma, aportando con la
donación de 80 bueyes y dos carretas. El
Padre jesuita, José Klein, quien sostiene que aprovechando las buenas maderas de
la zona, fundó el primer obraje y aserradero del Chaco, hacia 1750. Llegando a
fabricar carruajes en la misma
Con la expulsión de los jesuitas, cesa la fabricación de alzaprimas y otros carruajes
en el Chaco, y recién a fines del siglo XIX vuelven a ser fabricados en los obrajes
costeros.
Desde el monte, los rollizos eran transportados en alzaprimas hasta la orilla del río, y
allí eran arrojados para formar las “jangadas” que levaban los grandes troncos hasta
el litoral argentino. A principios del siglo XX las alzaprimas van a llevar los rollizos
desde el obraje, esta vez a las florecientes estaciones del ferrocarril o a las fábricas