Madre acusada de abusar y matar a su hijo culpa a su pareja: no le creen - EsChaco.com - Resistencia

HORROR

Jueves, 5 de noviembre de 2015

Madre acusada de abusar y matar a su hijo culpa a su pareja: no le creen

La mujer hizo un descargo que no convenció a nadie. Dijo que su pareja la tenía encerrada, la amenazaba, le pegaba y le prohibía denunciar que sus hijos eran víctimas de los peores tormentos. Gisela Alí se defendió de este modo de una acusación grav

Su estrategia fue culpar de todo a su pareja, José Antonio Mendoza Pacheco. Este, en cambio, se negó a declarar.
Para el fiscal Fernando Cartasegna, la madre y el padrastro son coautores del mismo delito: homicidio agravado por el vínculo, ensañamiento, alevosía y críminis causa.

Es decir que mataron al nene para ocultar otro delito, el abuso sexual.
La historia se descubrió cuando la pareja llevó a su hijo al hospital de Niños de la Plata. En remis llegaron al centro de salud y dijeron que el nene se había descompensado.

Toda esa situación pasó a las 13. Es más, los padres relataron que llevaron al nene con vida y hasta le dieron agua. El remisero los desmintió.
Pero lo más importante es que el informe médico determinó que el nene había muerto tres horas antes. Además presentaba signos de abuso infantil.

La madre y el padrastro quedaron presos en el acto.
Luego, el fiscal allanó la casa de urgencia y descubrió a un nene de 11 años, hermanito del chico asesinado. El nene tenía 22 lesiones, entre ellas quemaduras.
Para el fiscal, el nene podría declarar en Cámara Gesell. Tal vez fue testigo presencial del crimen de su hermano.

La sospecha es que a medida que la violencia contra los chicos iba en aumento, su madre y el padrastro dejaron de mandarlos al colegio. Esto lo advirtió la directora. Hubo denuncia, pero quedó en la nada.
Para el fiscal, la madre no es víctima. Hay testigos que la desmienten. No estaba retenida, ni era rehén. Por eso, podría terminar condenada a perpetua igual que su pareja.

Y como siempre pasa en estos casos, los testigos aparecen tarde. Todos, ahora revelan haber presenciado situaciones de violencia, pero nunca lo declararon. Lamentable, triste. Si hubiesen hablado, tal vez, la historia era otra.