Reiteradamente, Villa Ángela empieza a sentir para esta época del año la falta de agua. Si bien reiterados anuncios aseguran que con el segundo acueducto esto estará solucionado, la realidad marca que sigue siendo un problema sin solución. Gran preocupación en la comunidad toda y, fundamentalmente, en el sector ladrillero
La pronunciada baja del reservorio y la escasez de lluvias hacen que la falta de agua en Villa Ángela comience a ser un problema.
Desde Sameep, las horas de bombeo y la presión han disminuido considerablemente, esto genera que a algunos barrios el líquido llegue a cuentagotas y otros directamente no lo reciben. Si bien es cierto que durante el fin de semana cayeron 52mm de lluvia, esto no significó un progreso, ya que para que el reservorio trabaje se necesita al menos una lluvia de más de cien milímetros.
Para Sameep, la esperanza radica en la espera de la concreción del segundo acueducto, que daría solución total a este problema que se da todos los años y en ocasiones alcanza tintes dramáticos, mientras tanto, Villa Ángela sigue dependiendo de las lluvias para tener un normal funcionamiento de la red hídrica.
Preocupación en el
sector ladrillero
Mientras tanto, en uno de los sectores productivos de la localidad la falta de lluvia está complicando la producción. Reservorios naturales de los cuales los trabajadores se sirven el agua para el adobe, en algunos casos se secaron y en otros están por la misma vía. Esto genera una merma en la elaboración del ladrillo y, por ende, puestos de trabajo que deben cesar.
Estos reservorios suelen ser profundos y amplios por lo cual nunca se los pudo llegar a cubrir totalmente.
Adalberto Papp propone en este sentido, utilizar el caudal de agua que produce el escurrimiento de la ciudad, y que en su mayoría corre en dirección sudoeste (lugar donde se encuentra el grueso de las ladrillerias de la localidad).
Esto, decía el candidato, es una solución fácil y barata, se puede construir canales revestidos de irrigación que viertan el agua en estos reservorios y así llenarlos y que, de esta manera los ladrilleros no tengan que preocuparse por el agua en mucho tiempo.