Aconsejan no comer pacúes elaborados en la Arrocera San Carlos
Pacú para Todos llega a ciudades y localidades de Chaco. El camión del programa estuvo en Campo Largo, Machagai y otros lugares. En los operativos de venta se ofrecen dos combos. Uno tiene un valor de 150 pesos y consta de tres kg. de producto (un paquete de carne molida, hamburguesas y tekitos. El segundo combo tiene un valor de 160 pesos. Contiende tres kg. de producto de milanesas, hamburguesas y tekitos. Además se ofrece pacú entero congelado, filet sin costilla despinado sin cabeza, filet con costilla despinado con cabeza y milanesas de pacú
La cria de pacú en la Arrocera “San Carlos”
El sistema de alternancia que aplican en la Arrocera San Carlos con la cría de pacú fue presentada por los empresarios como “una nueva historia de un cliente CLAAS”, en junio de 2013. Los medios de comunicación de Chaco reflejaron la difusión del emprendimiento señalando que los empresarios destacaban lo siguiente que cuando se habla de producciones agropecuarias sustentables, la rotación de cultivos es la primera cosa que viene a la mente. Sin embargo, al definir esa rotación, difícilmente se piense en explotaciones que combinen arroz con piscicultura. Los productores chaqueños de Arrocera San Carlos no sólo lo pensaron, sino que además lo pusieron en práctica. Dijeron que de esta forma ganaron en sustentabilidad e inauguraron un tipo de alternancia entre productos inédita en el país. Adelantaron que el proyecto en marcha ampliará esa superficie hasta alcanzar las 1.000 hectáreas, con una producción de 3.000 kg/ha de pacú. Además, anunciaron que se inaugurará una planta de faena, que será una de las piedras angulares del emprendimiento que proyectará a la provincia del NEA como la mayor productora de pacú del país, más una planta de alimento balanceado para los peces que completará el proyecto, ya que el alimento constituye –por su costo– el principal limitante del crecimiento de la producción.
Sistema de producción
Los empresarios entrevistados dijeron que: “Para hacer posible la rotación se debe reacondicionar el camino perimetral de la producción de arroz, elevándolo aproximadamente unos 1,5 metros. Luego se siembra el arroz en forma convencional, entre septiembre a octubre. El arroz crece durante todo ese verano, y en marzo-abril, se cosecha”, contó Meichtry para después detallar los pasos siguientes: “luego de cosechado el arroz, se vuelve a llenar de agua el lote –hasta un metro de altura– y ahí se plantan los pacúes, que en lo que queda de ese año se alimentan de los restos del cultivo, el rastrojo, las plagas de arroz (como los caracoles), las malezas que puedan haber quedado y el plancton que resulta de las descomposición de todas estas materias”. “Al llegar la primavera, cuando las temperaturas superan los 20 grados –explicó Meichtry– se le da al pacú alimento balanceado, y para abril-marzo tenemos el producto terminado, que puede ser cosechado durante todo el invierno. Entonces, a la primavera siguiente se puede volver a sembrar arroz, en un sistema que puede ser pregerminado”.
El productor señaló que uno de los beneficios de este tipo de rotación es que el pacú entrega el lote limpio, sin malezas y las plagas –especialmente el caracol, que ataca al arroz en sus primeras etapas–. Además, según Meichtry, “las heces del pacú fertilizan el lote, devolviéndole al suelo fósforo, nitrógeno y unos cuantos minerales más. Por todo esto, vemos esta rotación como una sinergia: el arroz brinda la estructura de canal, el desagüe, los caminos, los sistemas de riego y alimento al pacú; y éste le devuelve un lote limpio, sin malezas, sin plagas y fertilizado para un nuevo ciclo de arroz. Todo cierra en términos de sustentabilidad”, destacó el arrocero.
¿Pacú contaminado con plaguicidas en Las Palmas?
En relación a la cría de pacú en la Arrocera “San Carlos”, lindante a pocos metros del Barrio “La Ralera”, de la localidad de La Leonesa, Chaco, el productor Martín Meichtry y su padre idearon un sistema de alternancia que une agricultura transgénica con piscicultura. Estos empresarios también son dueños de la Arrocera “Cancha Larga”. Ambas funcionan unidas y bajo la misma mecánica productiva. Se extienden a lo largo de más de 3.800 hectáreas, rodeando por el sur los cascos urbanos de las localidades de La Leonesa y Las Palmas, que están territorialmente unidas y tienen una población total superior a 25.000 vecinos, que es mayor si incorporamos las áreas peri-urbanas y rurales.
Horacio Lucero, jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, fue entrevistado por un diario local, que en su edición digital del día miércoles 25 de marzo de 2015 publicó la opinión de este científico, quién afirmó: “Hace dos años comenzó la producción de pacúes en el Chaco como parte del proyecto encarado por el proyecto Puerto Las Palmas. Anteriormente, en esta localidad se llevaba adelante la producción de arroz cuestionada en su momento por el uso de plaguicidas y que derivaron en escándalo nacional cuando el investigador de la UBA, Andrés Carrasco intentó brindar una charla en La Leonesa y Las Palmas sobre el uso de agroquímicos en plantaciones de arroz fue atacado por una patota que finalmente evitó que dicha conferencia se diera a la población. Consultado sobre el giro que tomó la producción arrocera en la de pacúes, Lucero alertó sobre las altas probabilidades que existen en que estas especies acuáticas tengan altos restos de plaguicidas. Lo que aconsejo es si se podría hacer un estudio porque tampoco hay que condenar a toda la producción”. El consejo de este científico es una pauta mínima que debería haber generado una respuesta apropiada por parte del gobierno chaqueño, especialmente del sistema socio-sanitario, que debería haber abierto una investigación hace bastante tiempo con el objetivo de despejar cualquier duda y corroborar si el sistema de producción de pacúes respeta los principios y las normas que regulan el sistema de seguridad alimentaria. Urge que tal investigación se inicie para no poner en riesgo la salud y la vida de aquellos que consumen pacúes elaborados en la Arrocera “San Carlos”. De no hacerse tales estudios e investigación el gobierno nuevamente pondrá por delante la producción, desatendiendo o sacrificando la salud pública, que es uno de los peores errores o decisiones de los gobiernos provinciales desde la instalación y expansión del sistema de agricultura industrial, que funciona en base al uso descontrolado de un paquete de agrotóxicos que nadie controla en su aplicación. Tampoco investigaron, con criterio epidemiológico, las consecuencias y los daños ambientales, sociales y sanitarios que provocan tales agroquímicos, en una suerte de calesita mortal.
Expuestos a consumir sin seguridad alimentaria comprobada
Horacio Lucero, apuntó que “la gente que no vive en el campo cree que está exenta a éste problema”, asegurando que la población residente en grandes ciudades también está expuesta a las consecuencias que genera el uso de herbicidas. “El glifosato está en el ojo de la tormenta por el hecho de los volúmenes que se están utilizando en Argentina. Es tanto el volumen que se está utilizando que llega a nuestras mesas y solamente estudiándolos vamos a poder ver qué cantidad hay en cada uno”, expuso.
El investigador reveló datos alarmantes sobre los últimos estudios de la facultad de la UBA acerca del uso de plaguicidas en productos lácteos y que muchos de ellos ya no debería utilizarse para evitar enfermedades como el cáncer. Lucero reclamó a las autoridades sanitarias a nivel nacional que a partir del último informe de la OMS actúen en consecuencia. “Esto amerita que ellos empiecen a tomar cartas en el asunto. Si la OMS sale a decir esto ya es una palabra oficial que a ellos mismos los conmina a que tomen algún tipo de decisión”, planteó y aseguró “si uno empieza a hacer un estudio a amplia escala se va a conocer algo terrible”.