Bajo la luna de febrero, ofreció un mágico reencuentro con la historia de Resistencia
Energía, devoción, profesionalismo y compromiso fueron las claves del éxito de la obra “Bajo la Luna de Febrero”, que mantuvo en vilo al gran marco de público que se acercó hasta el Anfiteatro Griego del Parque 2 de Febrero a celebrar los 136 años de la fundación de la ciudad de Resistencia.
Más de 400 actores, entre los que figuraron acróbatas, bailarines, vecinos particulares, miembros de distintas colectividades y funcionarios municipales encabezados por la intendenta Aída Ayala lograron mantener el entusiasmo de los espectadores que contemplaron una puesta en escena única en el país y, que en esta ocasión, brindó mucha intensidad tanto en los movimientos como en la música y los juegos de luces.
Bajo la notable dirección de Javier Lúquez Toledo, las vivaces coreografías de Sandra Sisti y la producción de Alejandro Parras, el despliegue artístico visto en el Parque 2 de Febrero estuvo a la altura de la importancia de una fecha tan especial para los resistencianos y pudo relatar así la historia de la capital chaqueña, desde los habitantes originarios hasta la actualidad que la muestra como la Capital Nacional de las Esculturas.
Para dar inicio al espectáculo, la intendenta Aída Ayala cargó la antorcha para encender la llama que daba comienzo a una noche mágica a la que no le faltó variedad de vestuario, musicalización y bailes originales.
Sin lugar a dudas, una de las mayores ovaciones fue para los jóvenes que representaban a los aborígenes y a los que hacían de soldados de fines del siglo XIX con zapateo mediante. Posteriormente, llegaron los momentos en que se representó el arribo de los primeros inmigrantes mediante un barco de tela que se desmantelaba y luego estuvo la participación de la mandataria municipal y otros funcionarios para retratar los mediados del siglo XX en la capital chaqueña, escena a la que no faltó la entrada de un automóvil de la época.
Luego vinieron las evocaciones al desarrollo industrial, la llegada de los medios de comunicación, la mención de los recordados bares y las costumbres de una ciudad que pronto sería la capital de la declarada provincia del Chaco (que dejaba de llevar la denominación de Territorio Nacional).
Otro momento emotivo e impactante fue el recuerdo de los años de plomo con la dictadura de la década del 70´ y la tristemente conocida Masacre de Margarita Belén. Finalmente, quedó la descripción y reflejo de una ciudad que comenzó a respirar cultura con sus casi 600 esculturas emplazadas a cielo abierto y que dicho patrimonio se incrementa más con la llegada de la ya tradicional Bienal Internacional de Esculturas.
La última gran ovación (antes del cierre) fue para la Banda Municipal “Luis Omobono Gusberti”, que junto a todo el público presente celebró sus 79 años de vida. Finalmente, los fuegos artificiales cerraron la fiesta.