Con sus clásicos temas, el loretano renovó el voto con su gente. “Conjunto pena y olvido”, “Estudiante del interior” y “Viva la pepa” volvieron a ser dosis de pasión para que la voz del público estalle en un sapucay.
Como era de esperarse, el humor y las ironías se conjugaron en su tradicional galopera, que nuevamente tiñó el Sosa Cordero de tintes políticos.
La fuerza de la pasión y el furor chamamecero volvieron a estremecer al anfiteatro Mario Cocomarola, y similar a lo que generó Santiago “Bocha” Sheridan, esta vez fue el turno del loretano Mario Bofill que cerró la décima noche de la 24ª Fiesta Nacional del Chamamé bajo la tutela de su música y creaciones. El humor y las indirectas también conmovieron al público que llenó las instalaciones del anfiteatro para escuchar sus clásicos temas y la ya tradicional galopera “bofillariana”, con fuertes tufos a política.
El templo del chamamé, nuevamente burbujeó y como ocurre en la Fiesta del Chamamé los cánticos y los carteles se multiplicaron a lo largo de la grada donde solo se repetía un nombre, Mario Bofill. Predispuesto y alegre, minutos antes había hablado con la prensa donde dejó en claro que su visión de esta organización es coincidente con lo que expresa la mayoría, “la Fiesta no es cantidad, sino calidad. Me parece que 12 noches es mucho y si quieren extender a 14 debemos sentarnos a pensar seriamente cuál es la Fiesta del Chamamé que queremos, hay muchas cosas que se deben corregir”, explicó el artista y legislador provincial.
Pasadas las 3:45 el furor sobraba por el colmado anfiteatro y acompañado del acordeón de Raúl Alonso y del bandoneón de Adolfo Alegre, soltó sus creaciones para que el imaginario colectivo dé vida a innumerables personajes correntinos. Comenzó bien fuerte, con el clásico “Conjunto Pena y Olvido” y como canción de rescate, propuesta de la organización le puso música a su “Baile de campo”.
Entre la gente las copas saludaban al cielo para agradecer por el chamamé y los sapucays abrazaban constantemente al trovador correntino que inclusive tuvo la visita de una joven admiradora que además de besarlo lo elogió delante de todos, por supuesta soltó un río de ovaciones. Invitó luego a su amigo misionero, Joselo Schuap que con recitado de por medio dijo querer quedarse en Corrientes, “pues adónde me voy a ir”, para dar inicio junto al “Chamamé de los esteros”.
Mario también se trajo, además de su tradicional galopera 2014 (cuyo ingenio no superó a las anteriores, quizás no poniéndose tan áspero como las anteriores), un tema a estrenar y presentó una reciente composición “Soñé siempre con morir en mi Argentina". Pasaron luego uno tras otros sus canciones en un amplio repaso por todo su cancionero personal haciendo multiplicar el canto por todo el “boulevard” chamamecero que a esa altura estaba imposible de estar.
Con pasión y entrega, Mario desanudó de su baúl joyas como “Estudiante del interior”, “Viva la Pepa”, “Cantalicio vendió su acordeón” y el “Carau”, entre tantos otros. El público se fue satisfecho, en su mayoría jóvenes, quienes volvieron a ratificar al cantautor como uno de los máximos referentes de la canción chamamecera.