Los colores del orgullo vistieron las calles de Resistencia
La ciudad de las esculturas vivió la segunda edición de la “Marcha del Orgullo LGTB del Chaco”, donde los seis colores que forman la tradicional bandera que identifica la diversidad, se desplegaron a lo largo del microcentro.
Ayer se realizó la segunda edición local de la marcha del orgullo convocada por el colectivo de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (LGTB). Esta vez se pronunció por cambios culturales que garanticen una integración social y laboral. La movilización se inició en la esquina de Brown e Italia y avanzó por Yrigoyen hasta finalizar en la Casa de las Culturas.
Un día después de que se conociera que se celebró el primer matrimonio igualitario en Quitilipi, el presidente de la organización Unidos por la Diversidad, Hugo Wingeyer, valoró que se celebrara en un lugar del interior, “donde es más complicado que en las capitales”. Además señaló que aún queda mucho trabajo por hacer, por ejemplo, en la formación de los sicoterapeutas para entender la problemática trans. “La maternidad en parejas de mujeres es uno de los temas relativamente nuevos y que están pendientes de ser analizados, desde una concepción cultural sobre lo biológico”, agregó.
Gabriel Gamarra de Unidos por la Diversidad señaló que como militante del Movimiento Evita es más frecuencia ver a trans yendo a hacer las compras de día en los barrios que en el microcentro de Resistencia o de Corrientes, donde es común que la mirada los intimide o un policía les pregunte por qué están allí. Por su parte, Darío Gómez, titular del Inadi Chaco recordó que “Chaco es una de las provincias que más acompaño el avance normativo nacional”, al reconocer derechos civiles para el colectivo LGTB. Sin embargo reconoció que el avance normativo no va de la mano de cambios en la matriz cultural: “Tenemos más de cinco siglos de cultura discriminatoria y apenas poco más de una década de acuerdos mundiales de trabajar contra la discriminación”. También admitió que aunque la mayoría no está de acuerdo con muchas políticas públicas, “la sociedad empieza a priorizar la idea de que somos todas personas iguales en derechos”.