Un 81% reclama que Milei brinde una explicación pública
Martes, 26 de agosto de 2025
Nueva encuesta muestra un fuerte impacto del escándalo de las coimas en la confianza en el Gobierno
Un sondeo de Management & Fit exhibe un alto nivel de conocimiento de la causa que involucra a Diego Spagnuolo, Karina Milei y otros funcionarios.
El escándalo de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) generó una grave crisis política en el gobierno de Javier Milei y podría afectar su desempeño en las próximas elecciones. Según la última encuesta nacional de Management & Fit, el nivel de conocimiento del hecho alcanza al 94,5% de la población, un registro que confirma la magnitud del golpe.
El detonante fueron los audios atribuidos a Diego Spagnuolo, ex titular de la agencia, en los que se mencionan supuestas maniobras irregulares en la adjudicación de contratos y vínculos con empresarios de la salud. La investigación judicial ya involucra a proveedores del Estado y generó coletazos en el propio oficialismo, donde se señala el rol de "Lule" y Martín Menem y la responsabilidad política de Karina Milei, jefa de la Secretaría General de la Presidencia.
Los números del sondeo son contundentes: un 73,2% considera que lo sucedido es entre “muy” y “algo” grave, mientras que el 59,2% cree que los audios y las denuncias son verídicos.
En cuanto a las responsabilidades, el 26,8% apunta contra toda la gestión de Javier Milei, el 24,5% responsabiliza directamente a su hermana Karina y, sumados a los Menem, concentran un 60% de las menciones.
El dato más inquietante para el Gobierno es que el 56,1% de los consultados asegura que el caso modificó su confianza en la administración nacional. Y, a contramano de la estrategia oficial de silencio, un abrumador 81% reclama que el Presidente brinde una explicación pública.
A pesar del ruido, el sondeo marca un límite: el 82,6% sostiene que lo ocurrido no modificará su voto en las próximas legislativas. Ese dato ofrece un respiro para la Casa Rosada, aunque la erosión en la confianza pública y la instalación del escándalo como tema central de agenda configuran un escenario complejo. El oficialismo enfrenta así un dilema clásico: el costo político de no dar respuestas puede terminar siendo mayor que el de admitir el problema.