Jueves, 14 de Agosto de 2025
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¿Quién tiene la culpa?
Jueves, 14 de agosto de 2025
Deterioro fiscal del Chaco: ‘pesada herencia’, modelo económico y administración radical-libertaria
Por Leticia Muñoz para Eschaco - Por qué en plena recesión económica en 2024, el gobierno provincial otorgó sin mayores inconvenientes actualizaciones salariales a estatales y docentes, y qué determinó que todo se complicara hasta llegar al extremo de no disponer margen para pagar la cláusula gatillo. Un análisis donde se contrastan datos oficiales, evolución de variables y perspectivas.

Durante 2024, pese a la recesión económica que ocasionó el derrumbe de la recaudación de impuestos y, en consecuencia, de las Transferencias Automáticas Nacionales a las provincias, el gobierno chaqueño logró sostener un esquema de actualización salarial para trabajadores estatales (activos y pasivos) y para docentes. Desde la gestión de Leandro Zdero siempre destacaron el valor que tenía que los salarios le ganaran a la inflación.

Eran tiempos donde, mes a mes, se observaban fuertes caídas interanuales de los recursos, un efecto directo de la retracción general del consumo que impactaba en la recaudación impositiva. Mientras el ajuste nacional sobre otros fondos de reparto a las provincias se hacía sentir, fue por aquellos primeros meses de 2024 cuando el Gobierno del Chaco comenzó a apelar a un mecanismo de salvataje que sigue hasta el presente: los anticipos financieros de la Nación. En otras palabras, un adelanto de coparticipación por un monto acordado, que debe devolverse en el transcurso del mismo mes, y por el cual se pagan intereses.

¿Pero, cuáles fueron los factores que hicieron que se deterioraran tan rápidamente las cuentas públicas chaqueñas, hasta el punto de avanzar varios escalones más en la ya elevada dependencia del gobierno nacional?. ¿Es todo “pesada herencia” de gestiones anteriores o hay alguna otra explicación?.

Para responder esos interrogantes, EsChaco analizó datos del estado de las cuentas públicas provinciales en los años 2023 (último del gobierno de Jorge Capitanich) y 2024, contrastándolos con la evolución de las Transferencias Automáticas Nacionales, es decir, los recursos que por ley recibe la provincia, provenientes de impuestos y otros fondos coparticipados; los requerimientos del Chaco a Nación de anticipos financieros (una asistencia que fue creciendo con el paso de los meses) y el stock de deuda pública; agregando también un repaso por las actualizaciones salariales otorgadas a trabajadores estatales y docentes.


Un error de cálculo demasiado costoso

Un error grueso de cálculo y expectativas demasiado optimistas sobre los ingresos que la Provincia podría embolsar este año, provenientes de las transferencias nacionales, es central para entender por qué el gobierno llegó al punto de no poder cumplir con la actualización salarial.

De hecho, a principios de este año, las proyecciones auguraban un crecimiento sustancial de esas transferencias automáticas como efecto rebote tras el freno recesivo de 2024 y también por una mejora en la actividad económica general del país. Sin embargo, hace un par de meses todo cambió cuando se corrigieron las estimaciones y llegaron a manos de los gobernadores datos preocupantes sobre una posible caída de estos recursos al cierre de 2025.

Conocer la evolución de las transferencias es fundamental para entender por qué se fue achicando para el Chaco el dinero disponible. Con una primera mitad de 2024 recesiva en lo económico, y una segunda mitad con cierta reactivación que no alcanzó, el año cerró con una caída del -9,7% interanual en términos reales, según datos de la Consultora Politikon.

Las transferencias del Estado nacional al Chaco tuvieron caídas reales de dos dígitos entre enero y abril del año pasado (26,3% en marzo, la más profunda), repuntaron fuerte en mayo (+27,6%, por efecto exclusivo de la liquidación del impuesto a las Ganancias de las empresas), y luego volvieron a bajar de junio a octubre (23,4% en el sexto mes, la más fuerte), para recuperarse en el final del año en noviembre y diciembre y crecer en torno al 2%.

En 2025, el acumulado enero-julio tuvo un incremento real del 3,8% interanual. Si bien hay crecimientos contra 2024, los envíos automáticos al Chaco todavía están -9,6% versus igual período del 2023 y -11,1% contra el 2022.

La evolución positiva en términos reales tiene como fundamento excluyente la baja base comparativa del año pasado en plena recesión económica.

Estas transferencias nacionales (dentro de las cuales está la Coparticipación) resultan fundamentales porque representan la principal fuente de ingresos del Chaco. Es habitual escuchar a funcionarios hablar del alto porcentaje de la coparticipación que se utiliza para pagar salarios. En promedio y en los últimos años, el gasto salarial insumió alrededor del 80% de estos recursos nacionales, pero desde el primer trimestre de este año, comenzó a exceder en mucho esos recursos y a sobrepasar el disponible en hasta el 135%.

Teniendo presente ese panorama de ingresos más acotados en 2025 y la reformulación de lo presupuestado es que el Chaco, frente a la incertidumbre sobre los recursos, no puede garantizar al sector docente el pago sistemático y en los plazos correspondientes de la cláusula gatillo, dado además que ello implica proyectar un nivel sostenido de gasto.

Atado a esa proyección fallida sobre los recursos, el gasto público en las provincias en general siguió acelerándose durante la primera mitad de este 2025. A nivel consolidado, en el primer trimestre de este año, creció cerca de 20 puntos, pese a que todavía se ubica por debajo de niveles normales como los de 2023. Entre los componentes del gasto que impulsan la suba están los gastos de capital a partir de la voluntad –y de la necesidad política- de revitalizar algunas obras o remodelaciones menores.

En suma, los hechos indican que a mitad de camino las provincias debieron recalcular frente a un escenario fiscal de retracción de ingresos y gastos en aceleración. Profundizando el análisis, a ese problema se agrega otro: que la coyuntura económica nacional no permite un mayor despegue de las transferencias automáticas (a menor consumo, menor recaudación de impuestos). Pero, además, toda mejora por más leve que sea y que genere algún excedente de recursos para la Provincia, es absorbida por los intereses de los adelantos de coparticipación.


El auxilio mensual que crece y crece

Los anticipos de coparticipación a los cuales apela el Chaco cada mes constituyen un problema financiero, por los intereses que la Provincia debe pagar por contar con esa liquidez, que se acumulan y terminan significando un alto costo por el volumen de los recursos requeridos. Pero también resultan un inconveniente por la incertidumbre que generan en la propia gestión económica chaqueña, que cada mes depende de que la Nación siga accediendo a otorgar esos adelantos.

Veamos algunos datos. De febrero a agosto de 2024, los montos requeridos por el Chaco al Ministerio de Economía nacional variaron, pero no excedieron nunca los $50.000 millones por mes. La asistencia comenzó en el segundo mes del año con $33.100 millones, luego bajó a $30.000 millones en marzo, 29.000 millones en abril, 28.000 en mayo y la misma cantidad en junio y julio, y dio un salto a 48.000 millones en agosto.

En septiembre no hubo requerimientos de ayuda desde la Provincia, pero en octubre sí con 25.000 millones que llegaron como adelanto, igual cantidad que en noviembre, y 35.000 millones en diciembre para cerrar el año totalizando $309.100 millones solicitados en concepto de anticipos financieros.

En 2025 los montos se aceleraron desde enero mismo, con $60.000 millones que llegaron al Chaco ese mes como adelanto, igual cantidad que en febrero y marzo. Luego, en abril, el pedido fue por $50.000 millones, en mayo y junio la Provincia volvió a requerir $60.000 millones cada mes, y en julio y agosto el monto subió a $70.000 millones.

En el medio, la Provincia tuvo en marzo una asistencia financiera extraordinaria (que se diferencia del resto porque puede reintegrarse a Nación durante todo el año) por $120.000 millones.


La deuda heredada

La historia se completa con otro componente relevante para el análisis: el peso de la deuda pública, una suerte de “pesada herencia” que la actual gestión atribuye a gobiernos anteriores por un bono en dólares emitido en 2016 y refinanciado en 2021, y por otros préstamos tomados con organismos internacionales o con el Estado nacional para hacer obra pública.

Observando datos de la Consultora Politikon Chaco puede confirmarse que el stock de deuda pública de la Provincia descendió fuertemente (al segundo trimestre se ubicaba 30 puntos, en términos reales, por debajo de 2024) por efecto, por ejemplo, de la compensación de deudas con la Nación, un convenio que significó resignar ingresos nacionales a cambio de cancelar deudas con un fondo fiduciario vinculado a la infraestructura. O también por la incidencia propia de un tipo de cambio estancado que permitió alivianar el peso del pago de las cuotas del bono en dólares. No es, de hecho, Chaco una de las provincias más endeudadas y no representa tampoco un volumen inmanejable.

No es todo porque, un detalle no menor es que esas obligaciones no se cancelan con recursos provenientes de la coparticipación sino con otras fuentes de financiamiento a las cuales apela esta gestión, ya sea requiriendo préstamos a entidades financieras o emitiendo un título público con la finalidad de cancelar varios vencimientos (como ocurrió en julio pasado).

Otro dato para graficar lo ocurrido: según estimaciones privadas, el 75% de los recursos usados por el Chaco para pagar los cuatro vencimientos del bono en dólares (CH24D) emitido en 2016, fueron adicionales y no provenientes de ingresos por transferencias automáticas.

Por último, un factor extra que también puede explicar el desajuste de las cuentas públicas es la denominada “deuda flotante”, es decir, todas aquellas obligaciones asumidas por el Estado con proveedores, contratistas y pagos por distintos servicios, que se aceleró entre el primer y el segundo trimestre de este año en forma exponencial. Datos sobre pagos vinculados a proveedores se dispararon por ejemplo de $4.00 millones a $17.000 millones entre enero y mayo.


La situación general de las cuentas públicas

Para dar cierre a este análisis de la situación, observemos el resultado fiscal del Chaco en los últimos años. Si bien el gobierno anterior destaca habitualmente haber entregado a la actual gestión una provincia con cuentas superavitarias, la afirmación resulta ciertamente engañosa y bastante alejada de la realidad.

Los datos oficiales indican que el Chaco cerró el año 2023 con un déficit financiero de la Administración Pública (luego del pago de intereses de la deuda) equivalente al -4,6% de sus ingresos totales y un déficit primario por el equivalente al -2,8%. El único número positivo del año fue el primer escalón del resultado fiscal: la Provincia cerró con superávit económico/operativo (que representa el funcionamiento de la actividad habitual del Estado), por el 10,5% de los ingresos corrientes.

En 2024 todo empeoró, ya que el Chaco cerró el año con un triple déficit en sus cuentas públicas, y en especial el financiero (el indicador más completo, ya que incluye el pago de intereses de la deuda pública) alcanzando el -7,6% de los ingresos totales y erigiéndose en el peor resultado desde 2017.

La Provincia tuvo también déficit primario por el equivalente al -5,2% de los ingresos totales y déficit económico/operativo por equivalente al 1,0% de los ingresos corrientes, una situación que significó para el gobierno serias complicaciones de “caja” y la necesidad de salir a buscar financiamiento para sus erogaciones más básicas como el pago de salarios.

Son esos los datos que nos muestran cuál es la vitalidad de las finanzas provinciales para afrontar una coyuntura económica general donde continúan las complicaciones en la actividad y el consumo, y la volatilidad vuelve a desafiar al nivel de inflación.

No fue el mejor punto de partida para el Chaco haber tenido déficits en los años anteriores, porque predispone a la provincia a tener que hacer un ajuste importante o bien buscar cómo financiar el gasto excedente.


Las actualizaciones salariales

Finalmente, un repaso por las mejoras salariales otorgadas. Según el cálculo difundido por el gobierno provincial, los haberes de contra una inflación acumulada entre 2024 y lo que va de 2025 de poco más del 122%.

La última mejora fue de 6,5% otorgada en dos partes: con los salarios marzo (3,25%) y abril (3,25%).

En tanto, siempre según cálculos oficiales, los sueldos docentes tuvieron una recomposición real del 42% en 2024 y un incremento del 17,29% en lo que va de 2025, frente a una inflación acumulada del 15%.

La última vez que se aplicó una actualización de la cláusula gatillo fue con los salarios de abril, que recibieron una mejora del 8,57% correspondiente al trimestre enero, febrero y marzo de 2025.

Mirando el cronograma electoral, llegar a las elecciones legislativas de octubre extendiendo esta situación de tensión que genera malestar en estatales y docentes –actores económicos de enorme peso electoral y cuantitativo- puede representar un riesgo para la gestión provincial aliada al gobierno libertario. De ahí, y también por la ‘salud’ misma de las cuentas públicas, la urgencia de encontrar una salida del círculo vicioso conformado por recursos nacionales que crecen poco por el contexto general del país y esa creciente dependencia a la que se ató el Chaco cada mes pidiendo fondos por adelantado.


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