Salvaje agresión de un padre y su hijo hacia un vecino que reclamó por la muerte de su mascota
Se trata de un conocido empresario chaqueño y su hijo, Mauricio Korovaichuk (50) y Lautaro Korovaichuk (27), quienes viven también en el barrio más “cool” de esta capital, los que, según las denuncias penales radicadas en sede policial, la emprendieron a golpes contra Fernando Jesús Esteban Quiroga (41) quien había reclamado por el ataque de un perro de la citada familia a su chihuahua “Dante”, el que producto de las heridas recibidas se murió.
En las denuncias formales, concretadas por el vapuleado Quiroga y su pareja, Luciana Magdalena Santi Goycochea (33), se dejó constancia además que la esposa de Mauricio Korovaichuk, Marisol De León, les había dedicado insultos de connotaciones racistas, tales como “neg…de mi…a”.
Fue imposible el ingreso al predio de La Ribera para poder hablar con las partes, aunque en off un par de vecinos que salían del barrio aseguraron que la familia denunciada ya ha sido protagonista de al menos tres episodios originados por el ataque de algunos de sus perros a miembros o mascotas de otras familias de La Ribera.
Uno de ellos afirmó que, incluso, un abogado que vive en el predio y que tuvo un problema similar con la mencionada familia, tiene instalado el tema en sede judicial.
EL ECO EN EL WHATSAPP DEL GRUPO DE VECINOS Fernando Quiroga, expuso con crudeza lo sucedido a modo de información a quienes integran ese grupo de red que oficia de núcleo comunicacional:
“Vecinos y vecinas: Ayer, cerca de las 16 hs, salí a pasear con mi novia y nuestros perritos por el barrio, como siempre, con correa (los que me conocen saben que es así). Al pasar frente a una casa frente a la laguna, un perro suelto salió y atacó a uno de los míos, dejándolo herido. Justo pasaban unos chicos y les pregunté de dónde era; me señalaron la casa”.
“Toqué timbre, salió una mujer, le pregunté si era la dueña y me dijo que sí. Le conté lo que había pasado y le pedí que lo encerrara. Le avisé que iba a hacer la denuncia. En lugar de preocuparse o disculparse, empezó a insultarme, incluso con comentarios racistas. Un guardia que estaba cerca me dijo que no le hiciera caso y que hiciera lo que tenía que hacer, y me fui”.
“En casa, mientras intentábamos atender a nuestro perrito y coordinábamos con el veterinario, llamé a la guardia para pedir el nombre y el número de esta persona. La llamé para pedirle que se hiciera responsable, pero otra vez respondió con insultos. Le pedí hablar con otra persona de la casa, me cortó el teléfono”.
“Fui a la plazoleta para hablar en persona, avisé a la guardia, y ahí llegó una camioneta Jeep Renegade dominio AE667TF. Se bajaron dos hombres y la misma mujer, y sin decir nada los dos hombres me empezaron a pegar patadas y trompadas. Me defendí como pude hasta que llegaron mi cuñado y un guardia para separarlos. Siguieron insultándonos, empujaron a mi novia y le dijeron barbaridades”.
“Hicimos las denuncias en la policía. Después me enteré que otros vecinos también tuvieron problemas con esta familia, aunque no de este nivel. En reuniones de vecinos se ha hablado de un código de conducta, pero para cosas así no hace falta: ya existe la ley”.
“Hoy, a las 4:30 de la madrugada, recibimos la peor noticia: Dante, nuestro perrito y parte de nuestra familia, no aguantó y falleció. Nos destruyeron la rutina, la armonía, y nos dejaron un dolor enorme”.
“Hago responsables penal y civilmente a Mauricio Korovaichuk, Lautaro Korovaichuk y la Sra. De León (padre, hijo y madre) por todo el daño físico, emocional y material que nos causaron”.
“Animo a los vecinos a no tolerar estas conductas y denunciar. Porque en este barrio —y en cualquier lugar— no hay código de convivencia que sirva si hay animales criados por animales”.
“Muchas gracias al personal de seguridad y a los niños que estuvieron ahí conteniéndonos”.