Antonia Morán sigue sin respuestas de la Justicia a seis meses del hallazgo de restos óseos en Villa Ángela
A más de seis meses del descubrimiento de restos óseos en la localidad de Villa Ángela, Antonia Morán, madre de Maira Benítez —desaparecida en 2016—, continúa a la espera de respuestas por parte de la Justicia. Aunque la abogada de la familia, Silvina Canteros, aclaró que los restos no se relacionan directamente con Maira, la necesidad de identificarlos es crucial debido a la existencia de una persona desaparecida en la zona.
Maira Benítez tenía 17 años cuando desapareció el 17 de diciembre de 2016 en Villa Ángela, Chaco. Rodrigo Silva, quien mantuvo una relación con ella, fue condenado a 21 años por “homicidio simple”, en un caso que marcó un precedente en Chaco al juzgarse un homicidio sin el hallazgo del cuerpo de la víctima.
La búsqueda incansable de una madre
Antonia Morán ha liderado la incansable búsqueda de su hija desde el primer momento, reclamando justicia para Maira. "Hasta hoy no tengo resultados, la fiscal me dijo que era reciente", expresó Morán en una reciente entrevista radial, a pesar de que le habían asegurado información en marzo de este año. La angustia se acrecienta al no tener novedades a mediados de julio.
La abogada Silvina Canteros confirmó a EsChaco que se han solicitado las pericias correspondientes a los restos óseos al Instituto de Ciencias Forenses (INCIF). "Hablé con la fiscal en diciembre, si no me equivoco, y después volvimos a hablar en febrero y ayer me había confirmado que fueron reenviadas y solicitadas las pericias", detalló Canteros, quien asumió la representación de Morán tras el juicio.
Antecedentes y la "burla" de la Justicia
Esta no es la primera vez que Antonia Morán se enfrenta a la incertidumbre. Años atrás, otros restos encontrados en un campo de la zona fueron erróneamente identificados por la Justicia como los de Maira y entregados a la familia. Sin embargo, Morán se negó a recibirlos sin una confirmación genética. Gracias a la intervención de su actual abogada, los restos fueron enviados a Córdoba, donde finalmente se determinó que no eran de su hija, ni siquiera de una persona de sexo femenino.
"Me dañaron moralmente, sobre todo la Justicia. Se burlaron de mis sentimientos y de mi familia. Iba a ir a llorar a restos que no eran de mi hija", lamentó Antonia, visiblemente afectada por la situación.
El año pasado, el descubrimiento de nuevos restos cerca de su casa en Villa Ángela reavivó las esperanzas y la llevó a personarse en el lugar. "A veces no tengo dirección", sentenció Antonia, expresando su sentimiento de soledad en esta lucha por la verdad y el cuerpo de Maira.
La incertidumbre afecta también a Brisa, la hija de Maira, quien constantemente pregunta por su madre y sufre por la historia. "No tengo una verdad para decirle a Brisa", finalizó Antonia, con la voz quebrada, asegurando que, a pesar del miedo, continuará su incansable lucha.