En la tarde de ayer y luego de que en el intento de llevar asistencia o rescatar a la familia Calderón, que viajaba desde el Chaco hacia Comodoro y Caleta Olivia, el propio auxilio quedara varado en Garayalde, se conocieron momentos de incertidumbre y hasta de desesperación de numerosos pasajeros que se encontraban en situaciones similares, prácticamente sin alimentos, sin abrigo suficiente y con vehículos sin combustibles.
Desde la zona crítica, Manuel Cárcamo se comunicó con Crónica para dar un pantallazo de situación que a esa hora se observaba como “peligrosa” para decenas de familias, muchas con niños de muy corta edad, que los posicionaba enfrentando momentos de desesperación luego de 10, 15 o más horas de espera, y con el avance de una jornada en la que llegaba la noche y reforzaba la incertidumbre sobre lo que podría sucederles.
El relato a esas horas “pintaba” un cuadro crítico con colectivos de larga distancia casi volcados sobre los costados de la ruta, camiones cruzados sobre la cinta asfáltica y vehículos menores accidentados -chocados o volcados- con sus ocupantes haciendo señas o solicitando se los traslade hacia algún lugar donde puedan paliar el frío y abandonar una pampa cubierta de nieve que por momentos se cubría con un tenebroso viento blanco.
Comunicados con funcionarios, desde Crónica pudimos trasladar las inquietudes, los temores y hasta la desesperación de esos vecinos afectados y afortunadamente, se agilizaron aun más las acciones que ya estaban previstas, para llevar auxilio y proceder a los rescates que hicieran falta.