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TEL AVIV
Lunes, 22 de mayo de 2017
Trump busca acercar a Israel con el mundo árabe y musulmán para enfrentar a Irán
En su primera visita a Israel, Trump afirmó que entre los países árabes y musulmanes existe una creciente convicción de que poseen una "causa común" con el Estado judío frente a la "amenaza" que supone Irán

A su arribo a Tel Aviv procedente de Arabia Saudita, el presidente estadounidense, Donald Trump, expresó su esperanza de una cooperación entre los aliados de Estados Unidos en Medio Oriente, en la segunda parada de una gira de nueve días que busca, entre otras cosas, evaluar las condiciones para relanzar el proceso de paz entre Israel y Palestina.

Pero el mandatario no pudo evitar preguntas sobre la crisis política que enfrenta en su país, y junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se defendió de acusaciones de que compartió secretos con Rusia y dijo que nunca había precisado que Israel era la fuente de esa información de inteligencia.

Al término de un encuentro con Netanyahu en Jerusalén, el presidente afirmó que "nunca mencionó la palabra o el nombre de Israel" en su conversación del 10 de mayo en la Casa Blanca con el canciller ruso, Serguei Lavrov, y el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak.

Varios medios de prensa informaron que Trump compartió con los funcionarios rusos información de inteligencia que le había suministrado Israel sobre la amenaza del grupo Estado Islámico (EI), aunque no que el mandatario había dicho de dónde había obtenido la información.

La noticia agravó el escándalo en Estados Unidos por las sospechas de que Rusia ayudó a la campaña de Trump a ganar las elecciones del año pasado y por la reciente decisión del presidente de echar al jefe del FBI, que investigaba el caso, además de poner en duda la reserva de Washington frente a sus aliados.

Netanyahu, sin embargo, dijo que la cooperación con Estados Unidos en materia de inteligencia es "estupenda", en declaraciones que buscaron terminar con especulaciones de que Trump había violado los términos de confidencialidad de un acuerdo entre ambos países para compartir información clasificada.

Más temprano, el presidente, que alguna vez insinuó que para él sería comparativamente más fácil resolver el conflicto israelí palestino, que durante décadas ha desvelado a sus predecesores, dijo que estaban dadas las condiciones tanto en Israel como en el mundo árabe para alcanzar lo que llamó el "acuerdo definitivo".

La amenaza iraní: la nueva carta de batalla de Trump

Apenas llegado a Tel Aviv, Trump se dirigió a Jerusalén, adonde tuvo una reunión con el presidente israelí, Reuven Rivlin.

En una breve rueda de prensa posterior, Trump se refirió al encuentro que mantuvo el día previo con líderes árabes y musulmanes en Arabia Saudita, y dijo que Israel y estos países -que en su mayoría no reconocen al Estado judío- comparten cada vea más la meta de combatir el islamismo radical y contener a Irán.

"Sus vecinos árabes se dan cada vez más cuenta de que tienen una causa común con ustedes con la amenaza que supone Irán", dijo, y añadió: "Tenemos muchas oportunidades increíbles ante nosotros y mi esperanza para esta visita es que aprovechemos cada una de ellas", informó la agencia de noticias EFE.

Más tarde, al reunirse con Netanyahu, el líder republicano volvió a cargar sobre Irán y reiteró sus críticas al acuerdo nuclear de 2015 entre las mayores potencias y Teherán, por el cual éste suspendió algunas actividades atómicas a cambio de un levantamiento de sanciones económicas por su programa nuclear.

"Irán nunca tendrá armas nucleares", prometió Trump, que calificó el acuerdo de "espantoso".
"En cualquier lugar adonde vayamos, vemos signos de Irán, ya sea en Yemen o Irak, vemos soldados, o dinero y armas", añadió.

Entre reunión y reunión, Trump, usando una kipá negra, se convirtió en el primer presidente estadounidense en funciones en visitar el Muro de los Lamentos, en la Ciudad Vieja de Jerusalén. El presidente lo tocó rezando y, siguiendo la tradición judía, introdujo una nota en una grieta.

También estuvo en la Iglesia del Santo Sepulcro, el lugar donde según la tradición cristiana está la tumba de Jesús y donde fue crucificado.

Estados Unidos y la tensión entre Arabia Saudita e Israel
Pese a su deseo de acercar a Israel a los países árabes, el ministro de Energía de Israel, Yuval Steinitz, criticó este lunes el acuerdo armamentístico por unos 110.000 millones de dólares que el presidente de Estados Unidos suscribió en Arabia Saudita durante su visita oficial.

"Este es un asunto que realmente debería preocuparnos", afirmó Steinitz, en referencia al pacto que prevé la entrega a Riad de buques de guerra más grandes que los que se suministrará a Israel, lo que le permitirá que el reino saudita tenga mayores posibilidades de interceptar misiles de largo alcance.

"Arabia Saudita es un país enemigo" sentenció el ministro.

Las negociaciones de paz entre Israel y Palestina

Otros de los temas centrales de la visita son las estancadas negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, a las que Trump llega con una posición contradictoria que oscila entre una alianza cerrada con Tel Aviv y la propuesta de crear un Estado palestino, que cada vez despierta menos entusiasmo en Israel.

La Casa Blanca ha tratado de rebajar las expectativas de que la visita de Trump dé un impulso significativo al proceso de paz, presentándola como simbólica.

En declaraciones a periodistas a bordo del avión presidencial, el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, dijo que la visita es "un momento en la vida", aunque insinuó que Estados Unidos tendrá un rol más activo en el futuro para tratar de impulsar un acuerdo si ambas partes asumen compromisos serios.

Trump mismo no se ha mostrado tan cauto. En marzo pasado, declaró con audacia que alcanzar la paz es "algo que creo, francamente, no es tan difícil como la gente ha pensado durante años", al recibir a Abbas en Washington.

Donald Trump realizó una histórica visita al Muro de los Lamentos en el marco de su visita a Israel

En un gesto simbólico para tender un puente entre Israel y el mundo árabe, el vuelo del Air Force One de Trump fue el primero directo del que se tenga registro entre Arabia Saudita y el Estado judío, dos naciones que tiene relaciones diplomáticas muy limitadas.

El avión con los corresponsales permanentes en la Casa Blanca, en cambio, tuvo que hacer una parada en Chipre antes de completar la ruta Riad-Tel Aviv.


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