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Pastoral Aborigen

Miércoles, 30 de noviembre de 2016

La democracia se avergüenza

Cuando el Poder Económico busca apoyo aliándose con el Poder Político para presionar al Pueblo, la libertad tiembla porque siente que es tan solo una palabra.

Si se usan las necesidades básicas de un grupo de personas, necesidades que el Estado Nacional, Provincial o Municipal es responsable de cubrir, para impulsar acuerdos fraudulentos en contra del Pueblo al que representa, vivimos en una dictadura con base de chantaje. Una dictadura en la que tendremos nuevamente desaparecidos, solo que a la vista de todos y a largo plazo.

Los Pueblos Originarios en Argentina tuvieron que esperar 141 años para que, en 1994, sean reconocidos sus derechos en la Constitución Nacional. La Provincial, fiel a su política discriminatoria, ni los nombra. Mientras tanto nos decían que todos éramos iguales, sólo que algunos no tan iguales, se abolió la esclavitud, aunque se siguieron vendiendo seres humanos y separando familias, pero eran “indios” nomás. Sin embargo ellos y sus derechos son preexistentes al Estado Argentino.

Hoy se cambia el método, pero el resultado que se busca es el mismo. Basados en el Derecho de Conquista que se reservaron los conquistadores españoles, se sigue procurando eliminarlos. En algunos municipios, como en el de San Ignacio, se los chantajea con el agua – derecho humano básico- y la electricidad, a cambio de la renuncia de sus territorios relevados por la Ley Nacional 26.160. En otros, como en el de Mado, con malas y falsas informaciones se levanta a los vecinos contra las Comunidades, posiblemente para distraer la atención sobre graves problemas municipales y hasta se incita a la violencia en reuniones donde funcionarios gubernamentales escuchan sin actuar. Todo esto se ha hecho desde una profunda y discriminatoria MALA FE, porque “de ninguna manera se puede consultar de Buena Fe cuando se busca hacer perder un derecho”. (Mowitob - Organización indígena Mocovi, Wichi, Toba-)

Desde ya denunciamos como inconstitucional todo acuerdo que contravenga al art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional.
Desde el Estado Nacional, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) sigue ausente, se esconde tras excusas sin sentido y no llega a los lugares de conflicto, demorando perversamente las soluciones que hace años debió haber dado.

En una diferencia entre ministerios, el de Derechos Humanos desaparece, en un movimiento de varita mágica, surgiendo el de Ecología y RNR intentando manejar una situación para la que demostró no solo no estar capacitado, sino que únicamente logró aumentar la tensión conduciendo un camión sin frenos y en bajada, para traicionar después, por supuesto a la parte más débil, la Comunidad Ychyry, a la que debía proteger. ¿Es esa la postura del Estado Provincial?

El Gobierno Nacional, y subsidiariamente el Provincial, son los responsables de asegurar a las Comunidades de todo el país titularizando sus territorios. Nadie puede vender, dar o regalar lo que no es de él. Este hecho histórico es el que nos ancla impidiendo que podamos construir el país pluriétnico y multicultural que nos merecemos. Es tiempo que se hagan cargo y se animen a escribir una nueva página más justa y equitativa. La solución está en sus manos. Parafraseando al Gral. San Martín, que mucho tuvo que ver con lo indígena, diremos que son los hombres – y mujeres- de coraje los que cambian la historia.

Es bueno escuchar otras voces: “Muchas veces de modo sistemático y estructural, los Pueblos Indígenas han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras ... ¡Que tristeza!... el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte los necesita” PAPA FRANCISCO .

La Constitución Nacional, de la que algunos funcionarios hacen caso omiso, protege los derechos indígenas, saca del comercio sus territorios, no se pueden enajenar (vender, prestar, regalar, cambiar) dice en el art. 75 inc. 17, ¿qué tendrán que hacer los Pueblos Indígenas para que lo lean y cumplan?.

Que no nos engañen, los grandes empresarios fomentan la pelea de pobres contra pobres, siempre se han opuesto a los cortes de ruta, pero ninguno levantó su voz en estos días ¿será que esta vez les conviene? Ellos pretenden ganar – una vez más- a costa de los que menos tienen ahondando su vulnerabilidad.

(*) Equipo Misiones de Pastoral Aborigen