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Salvador E. Cuño

Miércoles, 9 de diciembre de 2015

Juventud y alcoholismo

Se aproximan las fiestas de fin de año y la idea de los festejos y alegrías se asocia automáticamente al consumo de alcohol en forma exagerada y desmedida con el consecuente descontrol en el comportamiento social.

Todos los estudios realizados en la actualidad, demuestran que el alcohol es la sustancia-droga más utilizada por los jóvenes y adolescentes, mezclada con los psico-fármacos, agravando sus consecuencias.

Generalmente se abusa de las bebidas alcohólicas por sus efectos farmacológicos psicoactivos, ligados con el estado de ánimo y la desinhibición del comportamiento , relacionadas con la moda, conflictos personales, presión de los compañeros , influencia del marketing promocional, de intereses económicos y de los medios masivos de comunicación.

Según las estadísticas, los pedidos de atención por intoxicación alcohólica juvenil están en aumento y en parte se deben al creciente consumo de fernet, una bebida de alta graduación alcohólica cuya toxicidad es subestimada por los jóvenes. Por otra parte, las estadísticas muestran una reducción de la edad de iniciación en el consumo de alcohol, con intoxicados de 12 o 13 años, así como un incremento en la proporción de mujeres.

Se ha demostrado que cuando a más temprana edad se comienza con el uso de estas sustancias, mayor es el daño cerebral y la probabilidad de aumentar la cantidad y variedad de consumo, no solo de alcohol sino también de otras drogas.

El alcoholismo entre los jóvenes es una moda de gran difusión que desafía normas preventivas como la prohibición de vender bebidas alcohólicas a los menores, que comparten con los comerciantes al transgredir las normas vigentes, constituyendo un serio problema para la salud.

Nuestros jóvenes son individuos vulnerables al consumo y a la intoxicación por causas sociales y personales.

Por un lado viven la mayor tolerancia social al consumo de sustancias toxicas y la acción nefasta de los mal intencionados medios masivos de comunicación, estimulados económicamente por las empresas multinacionales que estimulas y premian al consumo. Por otro lado como adolescente: pertenecer a un grupo etareo determinado con identidad propia, el cual está caracterizado por la trasgresión y el abuso, la tendencia natural de experimentar lo nuevo y prohibido, y el mecanismo de imitación a la conducta de los adultos.

También comparten, el beber compulsivamente alcohol, una nueva manera de diversión en la cual la perdida total de la lógica, razonamiento y conciencia parecería ser el objetivo, para poder ausentarse de una realidad que no los conforma ni satisface; o participan de un nuevo modo de acceder al mundo de los adultos con un “ritual de iniciación” que es compartido y estimulado por sus amigos, y que además es festejado como una gran “hazaña”con consecuencias nefastas como los embarazos adolescentes, conductas violentas , accidentes de transito y la muerte.

Lastimosamente muchos comparten una estructura y función familiar en decadencia, con ausencia real o aparente de algunas de las figuras parentales, ya sea por necesidades laborales, por desencuentros maritales, para evitar el estreés o por desidia y negligencia en el cumplimiento de sus funciones educativas y formativas, lo que da como resultado la falta de limites necesarios para conducir y contener la energía liberada por los jóvenes de hoy, y un vacío afectivo y comunicacional entre padres e hijos.

Ellos se transforman en marginados afectivos, adoptando conductas violentas y antisociales con escasa capacidad de tolerancia y frustración, con carencia de estímulos, organización y conducción en el uso de su tiempo libre, encaminado hacia el deporte, las artes y la creatividad.