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Por Dr. Livio Gutiérrez
Miércoles, 11 de febrero de 2015
Volver a la doble L, la doble S y la doble R
Ante la proximidad de un proceso electoral serán muchos a los que escucharemos hablar de calidad educativa, cuestión que sería sumamente alentadora si esos desafíos no provinieran de quienes fueron y son responsables del proceso de degradación que ha venido sufriendo la educación en la Argentina. A saber:


En abril de 1993, durante el gobierno de Carlos Menem, se promulga la Ley N° 24.195, conocida como la Ley Federal de Educación generando nuevas condiciones estructurales en la educación argentina: flexibilización del régimen laboral de los docentes con sueldos magros, deterioro de las instalaciones escolares, de los contenidos, la desaparición de la formación especializada a través de las escuelas técnicas, crecimiento de la deserción en todos los niveles, tasas de analfabetismo alarmantes, proliferación de instituciones privadas aranceladas, contenidos curriculares de muy bajo nivel para todas las áreas, achicamiento de las partidas para investigación, éxodo de los profesionales más capacitados, escuelas convertidas en comedores y cientos de problemas estructurales que muestran la decadencia de un sistema educativo que fue ejemplo en América Latina.

Los conductores de la histórica bonanza económica que ha tenido el país en esta última década no han querido revertir esta problemática, afirmación que queda demostrada cuando vemos que se destina más del 6% del PBI a un Ministerio de Educación de la Nación vacío, sin escuelas, ya que por Ley N°24.049 del año 1992 se faculta al Poder Ejecutivo Nacional a transferir a los gobiernos provinciales el sistema educativo, es decir traspasar las escuelas, su personal docente y no docente a los estados provinciales pero no así los fondos destinados al pago de salarios y otros menesteres.

Y si observamos los resultados del último Informe Internacional de Evaluación de estudiantes PISA que ubica a la Argentina en el puesto 59 de 65 países miembros,legítimamente podemos cuestionar el destino de todo ese dinero y afirmar que la casi universal escolarización (99%) se da de bruces con la repitencia y sus secuelas, la sobre-edad y la deserción.

La desigualdad en estimulación, la baja escolarización previa y una inadecuada nutrición son factores determinantes. Respecto de este último aspecto es imprescindible tener en cuenta las advertencias del Dr. Abel Albino, fundador y presidente de la Fundación CONIN de lucha contra la desnutrición infantil quien hace hincapié en la necesidad de preservar el cerebro del niño en sus primeros años “…la suerte del sistema nervioso central está determinada en los primeros 12/18 meses de vida, si durante este tiempo el niño no recibe una adecuada ingestión de nutrientes y experiencias sensoriales consistentes, su capacidad intelectual estará disminuida de por vida eliminando oportunidades en la vida de ese niño pero también oportunidades de desarrollo de una Nación…”

Existe también un problema de inequidad y segregación que se manifiesta de varios modos. Pese al acuerdo alcanzado en el Consejo Federal de Educación entre el Ministerio nacional y las provincias en el año 2004 para revertir un sistema educativo heterogéneo y fragmentado a través de los NAP (Núcleos de Aprendizajes Prioritarios) que permitirían conformar una base común para la enseñanza en todo el país, no se ha alcanzado ese objetivo. A modo de ejemplo, y las últimas cifras oficiales así lo confirman, la calidad del capital físico de las escuelas (inmobiliario, mobiliario, material didáctico y mantenimiento) difiere en hasta un 50% entre las escuelas de las provincias y las de Buenos Aires.

Si bien el Art. 28 de la Ley de Educación Nacional N° 26.206/06 indica que “…las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel por la presente ley, garantizando los contenidos mínimos de las materias troncales y promover el pleno desarrollo de la personalidad de los estudiantes, dándoles la oportunidad de encontrarse con la expresión artística, el deporte y la recreación practicados sistemáticamente, la segunda lengua y las tecnologías…, esta meta está muy lejos de cumplirse, hoy el 88,4% de los estudiantes permanece en jornada simple.

Los docentes no están ajenos a esta realidad. Frente a una educación que plantea desafíos inéditos, se observa la inexistencia de incentivos materiales y morales, carencias de formación y capacitación y políticas salariales desiguales.

Por lo tanto se afrontan hoy desafíos inéditos entre la universalización y el formato selectivo, entre la contención social y la enseñanza o entre la inclusión y la calidad, todos ellos en el contexto de tensiones entre las culturas juveniles prevalecientes y las propuestas de la educación formal.

Quiero una escuela abierta al mundo que habilite a los jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, para el trabajo y para la continuación de los estudios en el marco de una sociedad del conocimiento y la información. Que los forme en valores y en aptitudes socio-emocionales como la honestidad, la responsabilidad, la solidaridad, el esfuerzo, la disciplina y la formación ciudadana.

Por eso la educación será el eje transversal de mi gestión, para poder coordinar los planes de atención a la primera infancia como base para mejorar las condiciones de accesibilidad de los chicos tomando como sujetos de las políticas a las familias y su inserción comunitaria. Los programas estatales son muy variados y dependen de distintos ministerios. Al no estar coordinados por equipos interdisciplinarios suelen superponerse en sus objetivos e implementación diluyéndose el objetivo primigenio.

Voy a transformar esta escuela contenedora en una escuela formadora, con jornada extendida que permita adquirir y reforzar conocimientos y aplicarlos en áreas como arte, deporte o lenguas, fomentar los talleres de artes y oficios en cada pueblo o ciudad, potenciar las escuelas técnicas que tanto han aportado a lo largo de la historia en la formación de nuestros jóvenes, habrá más escuelas con orientación especializada preferentemente en temática agropecuaria y preservación del medio ambiente que caracteriza la demanda de nuestra provincia y nuestra región.
Acompañaré esos objetivos con políticas complementarias de acceso como el Boleto Universal Gratuito y Residencias Estudiantiles Gratuitas. Y por supuesto con condiciones de previsibilidad salarial que permitan al docente concentrarse en los contenidos a impartir en lugar de estar preocupados por no poder llegar a fin de mes con su sueldo. Habrá un irrestricto respeto por lo establecido en el Estatuto Docente y capacitación constante frente a las condiciones sociales que mutan permanentemente.
Soy hijo de una docente hoy jubilada de quien aprendí a respetar y valorizar la tarea que desempeñan; crecí viendo como se pasaba horas enteras preparando con dedicación sus clases y el afecto que ponía en cada uno de los cuadernos que se llevaba a casa para corregir. Era la maestra de la doble L, la doble S y la doble R: Dos lecturas, dos subrayados y dos repasos.
Quiero que el Chaco recupere los estándares educativos que alguna vez fueron ejemplo en la región y en el país. Y quiero que los docentes concurran a clase con alegría. No es imposible, estoy seguro que si a mi decisión política le sumamos el acompañamiento de la comunidad educativa, el éxito está garantizado.

(*) Dr. Livio Gutiérrez
Ex diputado provincial – Presidente del Comité Provincial de la UCR- Candidato a gobernador del Chaco por Convergencia Social


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