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Por Gustavo Corregido
Sábado, 15 de noviembre de 2014
Transporte público, para unos pocos
Los sectores con mayores dificultades económicas de la provincia no han conseguido en este tiempo una mirada justa por parte de las autoridades con poder de decisión, y eso se refleja en distintos aspectos que hacen a la vida de la población y que desde la Defensoría del Pueblo venimos marcando en forma reiterada, sin poder entender cómo la indiferencia continúa su gestación en las instituciones que deben velar por los más desprotegidos.



Pero esas respuestas que no llegan para los sectores carenciados, son más profundas aún para los discapacitados motrices del Chaco, quienes están condenados al aislamiento como consecuencia de un elemento clave para su movilidad como es el transporte público, el cual a pesar de los constantes reclamos ni siquiera han incorporado una unidad que cuente con las rampas que le permitan no solo moverse, sino a partir de allí diagramar una vida plena, ejerciendo su derecho a la educación y la salud, como también a insertarse en el mercado laboral.

¿Cuándo vamos a leer o escuchar que los funcionarios provinciales y municipales comiencen a exigir a las empresas de transporte el cumplimiento de la ley que exige rampas para discapacitados en todos y cada uno de los coches de transporte público de pasajero?.

Se anuncia que el próximo martes se reunirá la Comisión Mixta del Transporte para tratar un nuevo aumento en la tarifa, lo que deja en evidencia que se reúnen solamente para hablar de aumentos porque todavía no escuché por ningún lado que se reúnan para tratar de encontrar soluciones al pésimo funcionamiento del servicio de la Tarjebus.
Está claro que esta posición que asumen las autoridades municipales y provinciales los coloca del lado de los empresarios y los aleja cada vez más de la gente, aquella que finalmente fue la que los votó para velar por los intereses del conjunto y no de un pequeño grupo.

Es tal el incumplimiento en este aspecto, que la transformación del parque automotor del transporte de pasajeros debía haberse resuelto totalmente hace una década si se hubieran respetado las normativas nacionales. Las excusas son muchas, las inversiones no aparecen y los que tienen el poder de exigir siguen mirando hacia un costado.

El transporte público de pasajeros está cada vez más lejos de servir a la población, producto de todas aquellas prerrogativas con las que se ve beneficiado el sector empresario, que lejos de buscar mejorar el servicio solo tienen como meta una mayor rentabilidad con la mínima inversión, con la protección del poder político.

Por Gustavo Corregido
Defensor del Pueblo del Chaco



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