San Fernando Rey, ejemplo de honestidad, trabajo, generosidad y humildad - EsChaco.com - Resistencia

RESISTENCIA RECORDÓ A SU SANTO PATRONO

Miércoles, 27 de agosto de 2014

San Fernando Rey, ejemplo de honestidad, trabajo, generosidad y humildad

La comunidad de Resistencia rindió homenaje este miércoles al santo patrono del departamento capitalino, San Fernando Rey, con una serie de actos oficiales organizados por la Municipalidad y la Comisión Oficial de Conmemoraciones Patrias y Homenajes.

Participaron de las celebraciones la Intendente de Resistencia, ingeniera Aída Ayala; el Jefe de Gabinete Leandro Zdero; el presidente del Concejo Municipal Eduardo Siri; la ministra del Superior Tribunal de Justicia, Iride Grillo; el Ministro de Gobierno de la Provincia Javier Oteo; demás autoridades provinciales y municipales; el arzobispo de Resistencia, Monseñor Ramón Dus; el padre Roberto Silva de la Iglesia Catedral; la Presidenta de la Comisión Oficial de Conmemoraciones Patrias Carmen Ramírez y miembros de esa entidad, autoridades de fuerzas armadas y de seguridad y otras entidades.

Persona de fe y valores
Bajo el acompañamiento musical de la Banda Municipal “Luis Omobono Gusberti”, en el Mástil Mayor se procedió al izamiento de la Bandera Argentina y el pabellón del Chaco, se entonaron el Himno Nacional Argentino y la Canción Oficial del Chaco y se realizó una oración a cargo de la Mesa Interreligiosa.
Al término de las ceremonias protocolares realizadas en la sede del Arzobispado de Resistencia, la Intendente Aída Ayala destacó que “como cada año nos reunimos en este lugar a reconocer a quien fue en 1750 aclamado como patrono de nuestro Departamento y bajo su advocación se creó el primer ejercicio de ciudadanía en esta región del Chaco como fue la San Fernando del Valle del Río Negro”.
Ya en el monolito recordatorio de San Fernando, ubicado en la zona del triángulo de la avenida 25 de Mayo, Ayala remarcó “los valores que encarna este Santo Rey de honestidad, de trabajo, de generosidad y de humildad. Ayer celebrábamos en el Día de la Solidaridad y resaltábamos todos estos principios que debemos recordar porque el Pueblo pide a sus gobernantes transparencia y humildad.”
La mandataria manifestó que “San Fernando fue una persona de tanta fe y férreos valores y conceptos que trascendieron en la historia” y destacó “el mensaje de la “Mesa Interreligiosa porque quienes tenemos responsabilidad de Gobernar debemos encomendarnos a Dios para cumplir fehacientemente con una gestión participativa y articulada, con el acompañamiento de la ciudadanía. No queremos solamente que crezca la Argentina y el Chaco sino que toda la provincia y el país se desarrollen. Para ello es necesario que haya un trabajo mancomunado, más allá de banderías políticas con la participación de los industriales, los empresarios. Los comerciantes y las pequeñas y medianas empresas, produciendo y prestando servicios.”
Esas palabras ofreció luego de la ofrenda floral que la jefa comunal realizó allí junto al concejal Siri, el funcionario Zdero, el párroco Silva y el arzobispo Dus.

San Fernando del Río Negro
El 26 de agosto de 1750, en el marco de la obra misional de los jesuitas en el Gran Chaco se estableció la Misión denominada “San Fernando del Río Negro” ubicada en la zona cercana a la intersección de avenida 25 de Mayo y Ruta Nacional N° 11.
La génesis de esa población tuvo como protagonista a Nicolás Patrón Gobernador de Corrientes quien comprendió que la mejor forma de proteger a la jurisdicción correntina era llegar a un acuerdo semejante al logrado por los santafesinos, y evitar así los saqueos de los avipones, para los cuales el Paraná no era un obstáculo insalvable.
Puesto en contacto con el cacique Ichoalay, logró que los avipones de la parcialidad de los yaconaigás que seguían al Cacique Ñaré aceptaran reducirse a pueblo. El sitio para ello fue elegido en las proximidades del Río Negro.
El 26 de agosto de 1750 se firmó el acta de entrega del pueblo San Fernando del Valle del Río Negro al cacique Ñaré, nombrado corregidor del mismo, y a los padres Tomás y José García, como cura y compañero respectivamente de la reducción.
Sólo 17 años de vida tuvo la población, ya que con motivo de la expulsión de los jesuitas del suelo americano, en 1767, la reducción quedó abandonada y fue arrasada por los naturales. Sin embargo tuvo una vida floreciente como escribió el padre José Klien en 1766 “Eran 58 familias: son los bautizados adultos 36, párvulos 62, son muchachos 70, muchachas 47, viudas 50, viudos 4. Son en total 287 almas”.