Miércoles, 8 de Mayo de 2024
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Arquitecto Oscar A. Thomas
Jueves, 29 de agosto de 2013
La resignificación de Yacyretá
En 1973, la firma del Tratado de Yacyretá tuvo por objetivo la concreción del abastecimiento de energía eléctrica industrial mediante la construcción de una represa. Fue un proyecto iniciado por Juan Domingo Perón en su segunda presidencia que buscó esencialmente la independencia económica. Se trataba de sustituir las usinas térmicas alimentadas con petróleo por la hidroelectricidad, energía generada por una fuente renovable: el agua.


Los gobiernos militares, desinteresados en el desarrollo industrial, optaron por la energía térmica mientras que el presidente Ricardo Alfonsín no logró estructurar un proyecto para el país condicionado por los intereses corporativos y la deuda externa.

La obra de Yacyretá avanzó por ello lentamente o tuvo recurrentes crisis debido a las discontinuidades de la aprobación de fondos por parte de las instituciones internacionales de crédito. El proyecto se redujo, anulándose la presa de compensación.

El presidente Menem, por su parte, adoptó en cambio una posición diferente frente a la crisis económica. En 1989, ya como presidente electo, planteó la relación con un lobby norteamericano, país que luego tomaría un lugar preponderante en la política económica de la República Argentina.

El 3 de abril de 1990 el presidente Carlos Menem pronunció una frase llena de efecto ante los periodistas presentes: “Si aquí hay un monumento a la corrupción, es Yacyretá. Entonces vamos a procurar, en caso de que sea posible, una paralización por seis meses, un año, pagando los sueldos, por supuesto, pero poniéndole coto a esta situación”. Menem quería justificar así la idea de privatizar la represa bajo el argumento de los millonarios fondos que consumía el proyecto, una medida que derivaría en importantes demandas por parte de las empresas constructoras y en dificultades para obtener posteriormente los créditos para realizar las incorrectamente llamadas “obras complementarias”.

Se trataba de una operación económica montada en sociedad con esos intereses norteamericanos. El ex presidente George Bush (padre) asistió a la inauguración de la primera turbina en 1994, que sería rechazada por el Congreso Nacional en 1995. Según escribía el ministro de economía Domingo Cavallo en un libro de su autoría “los fuertes intereses ligados a la construcción de Yacyretá” habían influido para que el Congreso no aprobara la privatización. Pero Cavallo no menciona que Henry Kissinger, ex Secretario de Estado, representaba a los mismos intereses norteamericanos vinculados con la privatización en el ámbito de los juicios sostenidos por las constructoras. Es decir que sería permanente la intervención de los personeros en diferentes instancias decisivas para la obra, quienes abogarían tanto por la privatización como por los frutos de los negocios derivados de los incumplimientos contractuales.

La represa funcionaría al 60% de sus posibilidades, paralizándose las obras en el año 1998 en la cota 76 msnm.

De esta etapa de nuestro país quedaría firmemente grabado en la gente el concepto “Yacyretá, un monumento a la corrupción”. La cuestión es que nadie que utilizara la frase se preguntaba de dónde había surgido ni cómo solucionar el déficit energético de la República Argentina para acelerar el proceso de industrialización.

A principios del año 2004, el presidente Néstor Kirchner, luego de recordar que la construcción de la represa había sido calificada como un “monumento a la corrupción” habló de un nuevo tiempo y firmó con el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, el acuerdo para la continuidad de la obra.

Desde ese momento, teniendo como meta el crecimiento económico del país a través de la exportación de manufacturas y la sustitución de importaciones con el valor agregado de lo producido por nuestras industrias -generadoras de plena ocupación laboral-, se impulsó el Plan de Terminación de Yacyretá. Los compromisos financieros que se contrajeron tuvieron relación con el crecimiento económico. Hubo un cambio de actitud con respecto a la deuda externa argentina, saldándose un importante porcentaje y por ello se negoció desde una posición más firme con el respaldo de las reservas del Banco Central.

470-YACYRETÁCENTRALYPTYEl impacto que produciría el aumento de nivel de la cota del embalse en la región requería de la realización de múltiples obras de compensación. Se elaboró para ello una lista de común acuerdo con las provincias y municipios implicados y se cumplió en tiempo y forma con los compromisos asumidos. Se construyeron caminos, puentes, hospitales, viviendas, escuelas, plantas de tratamiento de efluentes, sistema de provisión de agua potable, así como también la imprescindible protección costera y el saneamiento de arroyos. Tuvimos permanentemente el apoyo político de la presidente Cristina Fernández de Kirchner.

¿Cuál es la diferencia fundamental en la marcha del proyecto? La efectividad de la organización, dada por la programación y el compromiso financiero. En la actual cota 83 msnm, la represa tiene 3100 megavatios de potencia instalada, lo que significa un 14% de la energía que requiere diariamente nuestro país. Y se ha proyectado, a su vez, la ampliación del complejo hidroeléctrico para incorporar otros 1000 megavatios de potencia adicionales con el objeto de aumentar el aprovechamiento del recurso.

La Yacyretá de Alfonsín y de Menem, considerándose escasa la incidencia de los gobiernos de De la Rúa y Duhalde, fue un “monumento a la improvisación” y eso afectó el manejo de la obra. Hoy, la reutilización de la frase creada por Menem puede tener varios motivos: el desconocimiento, la subordinación a intereses espurios contrarios al desarrollo nacional o simplemente representa el artilugio mediático de recurrir al inconsciente colectivo para oponerse sin mayores fundamentos a una política soberana, con justicia social y plena ocupación.



Arquitecto Oscar A. Thomas

Director Ejecutivo EBY

Entidad Binacional Yacyretá

Generando Futuro

http://www.yacyreta.org.ar/


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