Triunfo 2-1 de Francia sobre Australia a fuerza de tecnología
El duelo Francia vs. Australia pasará a la historia como el bautizo oficial de la tecnología en el fútbol. Será el 16 de junio de 2018 un día marcado en el calendario, no por el triunfo 2-1 de los franceses en el inicio de la competencia del grupo C del Mundial de Rusia, sino porque el VAR y el sensor de la pelota alcanzaron su verdadera dimensión: decidieron el triunfo de uno de los contendores
La historia en el estadio de Kazán era una antes y otra después del VAR. Un partido espeso, con Francia sin la pelota y sin la intención de confirmar su candidatura a campeón mundial, y Australia, sin presión y ganando en cada duelo su propio partido. Hasta que vino la polémica.
Se jugaba el minuto 54. Ingresaba Griezmann por el centro del área en modo Usain Bolt cuando de atrás, sutilmente, sintió el toque de Risdon . Se cayó, porque a esa velocidad no había otra opción, y el árbitro no consideró que hubiera falta. Pero el VAR sí. Se interrumpió el juego, caminó el árbitro uruguayo Andrés Cunha a la raya lateral, justo detrás de la cámara y el banquillo de los oficiales de FIFA, y volvió a ver el video de la jugada. No tardó mucho: volvió al campo, dibujó en el aire el cuadrado y señaló el punto penalti.
Lo demás fue la tarea de Griezmann, uno de los pocos que se quedó al sol, esperando lo que sabía que iba a pasar. Penalti y 1-0 parcial de los franceses.
Así fue el primer uso del VAR en la historia del Mundial El segundo ya no necesitó mucha discusión ni mucho consulta. Mano de Umtiti, cobro de Jedinank y empate al 62. El propio jugador del Barcelona se disculpó con sus compañeros tras el cobro. Sabía que se había equivocado.
Y entonces, de nuevo la tecnología. El remate de Pogba, quien se anticipó al zaguero y metió el puntazo al minuto 80, se fue lentamente hacia la esquina superior izquierda del arco de Ryan, quien llegó a creer que lo salvaba el palo y atrapó el rebote, entre el susto y la duda.
Pero, con el sensor del balón, el juez Cunha volvió a acertar: sintió la alerta en el pulso y de inmediato señaló el centro del campo. Un instante después apareció en las pantallas del estadio el aviso que confirmaba la buena nueva: Gol de Francia, gol de Pogba, gol de la tecnología.
Los franceses, que sufrieron más de la cuenta contra los disciplinados australianos, soltaron un suspiro con el pitazo final. No fue su mejor exhibición, pero el VAR, el chip y todo lo que a partir de ahora juega en un partido de fútbol, tenía la camiseta azul.
No hubo protestas, ni un solo australiano intentó rodear al juez al final del partido, la numerosa hinchada de amarillo se marchó sin quejarse y hasta el sol se fue de la cancha para dar paso al viento helado tan típico de Kazán.
La tecnología llegó para quedarse y tiene a su favor las pruebas. Es el efecto de la justicia. Al final, la gente se va tranquila y la que llegaba con camiseta azul, feliz. Liderato, triunfo en el debut y dos goles para decir presente. ¡Chapeau!