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Jueves, 30 de junio de 2016

Peligro en la obra de control del Río Negro: Las continúas lluvias aceleraron el hundimiento del terraplén

Producto de las lluvias del fin de semana pasado, se ha acelerado la pérdida de materiales del terraplén que integra, junto con la obra de control de hormigón, la Defensa Este del Sistema de Defensas del Área Metropolitana del Gran Resistencia.

El hundimiento producido, junto al muro de ala de hormigón de la margen izquierda de la obra, tiene una dimensión de unos diez metros de largo por seis metros y una profundidad estimada en cuatro metros. No se ve ningún indicio de que este volumen de material se fugara por las juntas de los muros de ala o llegara al río crecido por deslizamiento. En menor medida esto también ocurre en margen derecha.

La única posibilidad es la existencia de “tubificaciones” por debajo del dique de tierra, que se expresan en las grietas del edificio donde está la sala de comandos de bombas y compuertas, el patio de los transformadores y la playa de operaciones del puente grúa, que fueron justificados en su momento como “asentamientos naturales del terraplén” por las autoridades de la APA y expertos del Banco Mundial, ante nuestra denuncia en febrero del 2010.

En esa denuncia que hicimos, sostiene el Licenciado Ramón Vargas, desde la Fundación Encuentro por la Vida: Cultura y Democracia Ambiental detectamos doce problemas que estaban afectando a la obra de control y su terraplén. Los cuales fueron confirmados aunque se les quitó entidad, naturalizando los movimientos de los muros de ala y los asentamientos indicados, como que no ponían en riego la obra.

El tiempo nos está dando la razón sobre la gravedad de la situación, que hacemos pública nuevamente, dado que los fenómenos denunciados se están profundizando y son las señales más claras del riesgo que corremos todos los habitantes del Área Metropolitana del Gran Resistencia.

Es muy grave que las autoridades actuales no hayan informado públicamente de este evento y que se pretenda “rellenar” el hundimiento, como si se tratara de un bache de un camino, cuando se trata de una obra hidráulica.

Insistimos en los problemas señalados en su momento:

1) Continúan las ladrillerías pegadas a las defensa que extraen tierra y se libera el agua del acuífero que funcionan como vertientes o manantiales que arrastran arenas y materiales finos, que con el tiempo forman túneles o vías de paso de agua subterránea por debajo de la Defensa, poniendo en riesgo su estabilidad.

2) El puente carretero sigue mostrando las tensiones en su contacto con los muros de ala.

3) Inclinación de los muros de ala, que siguen mostrando sus movimientos, con la rotura de los dados testigos que se reconstruyeron varias veces para medir los mismos.

4) Continúa el hundimiento y resquebrajamiento del edificio de tableros y comandos.

5) Se sobre exige el funcionamiento de las bombas sobrepasando los límites permitidos, lo que pone en riesgo su vida útil.

6) No existe la escala hidrométrica de aguas abajo.

7) Aunque las vías del puente grúa fueron levantadas unos treinta centímetros, se observan nuevos asentamientos.

8) Se desconoce si se lleva un registro de las operaciones de bombas y compuertas, y el estado de funcionamiento y tiempo de operación.

9) No se informa de las mediciones de control y seguridad de presa, por lo que se descarta que se estén realizando.

10) Tampoco se da información de la red de pluviómetros y escalas que constituyen el sistema de alerte del conjunto de las obras de defensa.

11) La dotación de personal de la obra no sigue las recomendaciones del Manual Operativo de la obra.

12) No se ha respetado el nivel mínimo de operación de las bombas y tampoco se han respetado las normas del Manual de Operaciones para la apertura y cierre de las compuertas y puesta en funcionamiento de las bombas.

Una vez más tenemos que informar a la opinión pública, de las deficiencias con que se está manejando el conjunto del Sistema de Defensa. Este incluye obras, normas y personal capacitado y suficiente.
De ser ejemplo en la Región, podemos pasar de un solo tranco a sufrir la catástrofe anunciada, como fue la rotura del Dique del Río Negro en 1982, cuando no se escucharon las advertencias.

INFORME RAMÓN VARGAS (FACEBOOK)
IMÁGENES JORGE TELLO ESCHACO