El cambio en la cultura argentina del café - EsChaco.com - Resistencia

Una tradición que se expande y evoluciona

Martes, 18 de junio de 2019

El cambio en la cultura argentina del café

Para los argentinos, el café no solo es una bebida, forma parte de la cultura. Por el año 2014, representantes culturales de la ciudad de Buenos Aires solicitaron a la UNESCO que declarara la práctica del café como Patrimonio Cultural de la ciudad.

Lamentablemente, la propuesta fue rechazada; pero eso no significa que el café no sea especial en la ciudad de Buenos Aires. De hecho, en toda Argentina hay una impresionante cultura de café.

Las provincias también están repletas de establecimientos donde tomarse un café para ponerse al día con alguien, hacer negocios o simplemente leer un buen libro. Incluso, algunas personas dicen que van a “tomarse un café” con alguien cuando van a verse con esa persona a hacer algo que puede ser de todo, menos tomarse un café.

Una tradición que se expande y evoluciona

Según cifras avaladas por la Cámara Argentina de Café, el 70% de los argentinos comienza el día con un café. Y cerca del 50% de los hogares y las oficinas tienen una máquina de café.

Esto es impresionante, sobre todo considerando que en Argentina no se siembra ni el 10% del café que se consume. Brasil, Italia y España son los países desde donde se importa la mayoría del café.

El “cortadito” es el café solicitado, pero se cree que no será así por mucho tiempo, pues (sobre todo en Buenos Aires) muchas cafeterías ofrecen ahora más variedades de café que solo el cortado o el llamado lágrima.

Además, en el país hay muchos emprendedores dedicados a ser “tostadores” (de café, por supuesto) que crean granos especiales para cafés que no requieren de tanta azúcar y cuya experiencia es un deleite.

La presentación es otra de esas variables que ha cambiado mucho con el tiempo. Pues hoy es común server cafés con mensajes y lindos dibujos hechos en la espuma, algo que antes no era muy común y que da un agregado a la experiencia del café.

Otro punto a tomar en cuenta sobre la nueva popularidad del café es la importación y fabricación de máquinas de café. Hoy cualquiera puede comprar una máquina comercial y preparar en casa un macchiato bastante decente.

Por supuesto, estos equipos están lejos de dar un resultado similar al de los cafés más caros del mundo y de mejor calidad, pero el resultado es, en líneas generales, promedio.

Profesionalización de la industria y de los jóvenes

El crecimiento de la cultura cafetera ha dado como consecuencia una paulatina profesionalización de la industria. Los emprendedores aprenden más sobre los granos de café, mientras que las cafeterías cuentan con baristas formados en preparación de café y también en decoración.

Un fenómeno por el cual medir esto es el gran número de academias de formación para baristas, las cuales reciben semanalmente a cientos de jóvenes que quieren aprender sobre el café; aunque la mayoría lo hace para obtener empleo o porquê su empleo actual se los exige.

Sea como sea, este es un aspecto positivo para el sector del “feca” en Argentina. Un sector económico que crece de la mano de la evolución de un histórico aspecto sociocultural. Hoy que el café es trendy y que la industria se profesionaliza, puede que cambie ese concepto que algunos tienen al decir que Buenos Aires es la ciudad del mal café en lindas cafeterías