Si algo se le reclamaba a la ex presidente, dueña del mayor voto opositor, era un cambio en su proceder; y a prima facie parece haberlo hecho al nominar a su compañero de fórmula camino a las PASO 2019. Sorprendió sí, y mucho. Ahora, como precandidata a vicepresidente de los argentinos por Unidad Ciudadana, Cristina Fernández de Kirchner mejorará su caudal electoral o deberá conformarse con retener a su electorado, que la obligue a seguir cerrando filas tras la mentada unidad en la diversidad. Un movimiento de piezas, digno de un maestro del ajedrez.
El ambiente político actual no está exento de los imponderables de la historia reciente del país. No es el sentido de esta mirada el retrotraerse a ella, sino más bien valerse de algunos aspectos para comprenderla. Dirán, de recuerdos no se vive, pero es necesario marcar algunos para comprender el redireccionamiento que ha dado en las últimas semanas una de las líderes políticas más controvertidas del último decenio. El primero y el que más resuena es, cómo logró CFK despojarse de su egocentrismo y acercar posiciones con, tal vez, uno de los funcionarios más cercanos pero profundamente crítico de su gobierno.
Alberto Fernández, -ex Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner y durante el primer mandato de Cristina- fue el autor de frases como "de haberme quedado, debería haber sido parte del séquito de obedientes. Para mí la política no es un ejercicio de obediencia, es un ejercicio de reflexión y de debate. La que se olvidó de eso fue Cristina" y hoy sea esa quizás la que los haya convocado. Aún con esas diferencias – al parecer hoy reconciliables- el ajedrez político movió piezas y puso en peligro de “jaque” nuevamente al gobierno de Mauricio Macri, catapultando al abogado como el “Rey” que daría la estocada final a Cambiemos.
“Definitivamente es una jugada inteligente porque seguramente hará que los otros deban confirmar o modificar estrategias. También es osada porque nada le garantiza éxito en esta movida”, analiza el consultor Alberto Medina Méndez y completa “les puede salir bien o mal. Nadie lo sabe, sobre todo porque es difícil suponer cómo reaccionarán el resto de los espacios. El resto de los candidatos también pueden hacer de las suyas. Están invitados a hacer algo pero tendrá que ser algo suficientemente creativo como para liderar lo que viene. De lo contrario corren el riesgo de que lo anunciado sea un jaque mate”.
CFK movió piezas. Las horas que vienen serán ineludibles para el resto del arco político nacional.